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Las autoridades islandesas han declarado el estado de emergencia en Grindavik, una ciudad costera ubicada en el suroeste de Islandia, ante la creciente amenaza de una erupción volcánica. La decisión se tomó después de semanas de actividad sísmica en la península de Reykjanes, y el monitoreo indicó la presencia de un corredor de magma debajo de la comunidad.
La Oficina Meteorológica de Islandia informó que la actividad sísmica se ha desplazado hacia el sur, alcanzando la ciudad de Grindavik. Aunque la ubicación exacta de una posible erupción no puede determinarse con certeza en este momento, la ciudad, con una población de alrededor de 4 mil habitantes, ha sido evacuada por precaución.
El riesgo de una erupción volcánica ha llevado a las autoridades a elevar la alerta de aviación a nivel naranja, indicando un mayor peligro. Las erupciones volcánicas representan un riesgo significativo para la aviación debido a la liberación de cenizas que pueden dañar los motores y sistemas de control de vuelo de las aeronaves.
Sismos continuados en la localidad
La evacuación de Grindavik se produce después de una serie de terremotos en la región, con un sismo de magnitud 4.8 el jueves que aumentó la preocupación. Además, la proximidad de la ciudad al complejo geotérmico Blue Lagoon, un conocido destino turístico, agrega una capa adicional de preocupación.
La situación se asemeja a la previa a la erupción en Fagradalsfjall en 2021, donde la acumulación de magma precedió a la actividad volcánica. Los servicios meteorológicos islandeses inicialmente estimaron que la erupción podría ocurrir en varios días, pero observaciones más recientes indican que el magma se está acercando a la superficie más rápido de lo esperado.
Esta no es la primera vez que Islandia enfrenta amenazas volcánicas. En 2010, una erupción afectó gravemente el tráfico aéreo en Europa. La región de Grindavik ha experimentado evacuaciones y cierres de instalaciones geotérmicas por precaución.