-Nota de opinión –
Desde 2014 en adelante, con la consagración del Racing campeón de Diego Cocca, el club ha sido todo evolución. Ganó cinco títulos en los últimos siete años, jugó cinco de las últimas siete ediciones de la Copa Libertadores llegando dos veces a cuartos de final, también disputó la Copa Sudamericana en otras dos temporadas, promovió jugadores de las inferiores que vendió a Europa, y en ese sentido, el club entro a nivel administración en la etapa más ordenada de su historia. Todas estas cuestiones que se marcan hicieron que la vara del hincha y del dirigente se elevara y eso está trayendo algunos problemas a un presente que está algo marcado por la exigencia de la nueva generación de hinchas del club, los sub-25 que poco tienen que ver con los más grandes.
Allá por 2015, Lisandro López, el ídolo en actividad del club, señaló que Racing tenía que empezar a jugar la Libertadores todos los años para aprender a competir. Tenía que pelear el título local y empezar a ganarlos. Diego Milito, ya retirado, implementó una secretaría técnica para trabajar en ello y las cosas se diero. Pasó exactamente lo que sugirió y el club empezó a crecer en lo futbolístico y en el resto de las áreas que antes estaban algo estancadas. Fue un proceso de siete años, en el que el hincha entendía que Racing tenía que aprender a competir y acompañó, pero ese acompañamiento valga la redundancia, llegó a su fin.
No se toleró perder un título en el minuto final de un torneo, la Liga Profesional 2022, aquel penal errado de Galván. Y, pese a ganar dos trofeos tras esa dolorosa derrota, y llegar a cuartos de final de la Libertadores 2023 en medio de un escenario que realmente fue un martirio para Racing, por la impresionante cantidad de jugadores lesionados que tuvo Fernando Gago durante el primer semestre del año, que le impidió mantener y reforzar el gran equipo que había ideado meses atrás, la gente pidió la renuncia del entrenador y de la dirigencia.
A poco de las elecciones presidenciales, la rosca política se agarró de este presente que años atrás era impensado y soñado por los mismos que, en lugar de apoyar decidieron desestabilizar y crear un clima negativo que se siente y se sintió y que tuvo incidencia. Es positivo que la gente exija más, es la manera de crecer, mejorar, renovar cargos, impulsar proyectos, dejar ir a algunos y darle lugar a otros, lo que es inadmisible es inventar conflictos y darle lugar a rumores que tengan como objetivo imponer en forma una postura política.
Medios partidarios han tomado protagonismo lanzando misiles con el objetivo de que Víctor Blanco, presidente, deje el club junto a su comisión directiva. Le pese a quien le pese, si no es y fue el mejor presidente de la historia del club, pega en el palo y entra. Pero, más allá de esa observación, y de los errores dirigenciales que tuvo durante este último mandato, algo absolutamente común y que posiblemente lo ‘condene’ a dejar Racing, no es la forma en la que un hincha genuino se manifiesta. Primero, se alienta.
De Vecchio y Sigali han trascendido una impresionante cantidad de dichos que ni vale referir. El fútbol puso las cosas en su lugar y les dio revancha, la actitud y el resultado posiblemente haya complicado las ideas políticas. No es necesario caerle a lo actual para proponer y presentar nuevas ideas, eso trae aparejado un clima negativo que Racing bien sabe lo que es porque lo sufrió por décadas, que la oposición y mismo el oficialismo no justifiquen sus formas dañinas en pos de “lo mejor para Racing”.