Riquelme y los equipos brasileños, un karma de nunca acabar

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Juan Román Riquelme, casi siempre, ha sacado a pasear a los brasileños, como jugador. Pero como dirigente, las cosas se invirtieron rotundamente. Como jugador supo vencer, con una categoría envidiable, a equipos como Palmeiras en 2000 y 2001 y a Gremio en 2007, Cruzeiro en 2008, Fluminense en 2012 y Corinthians en 2013. Sin embargo, las cosas siendo dirigente del club son mucho más complejas.

Desde que eligió ser vicepresidente, y meterse en la política de Boca Juniors, el club de el cuál es hincha y ama, para luego, más tarde, ser presidente, las actuaciones en las copas internacionales han sido cuestionadas. Recordemos que la sequía se sigue alargando, ya que la última copa fue la Recopa, en 2008. Y si bien ha ganado títulos locales, eso al hincha no le llena, no por completo.

Serán 17 años sin ganar títulos internacionales, y con un denominador en común: los equipos brasileños. La última vez que Boca avanzó de fase con un equipo de Brasil fue en 2020, cuando el equipo de Miguel Ángel Russo venció, tras empatar en la ida y en la vuelta, 5-4 por penales a Inter de Porto Alegre, para pasar así a los cuartos de final de la Copa Libertadores.

Desde allí, todas fueron malas para la gestión de Juan Román Riquelme. En el año 2021 quedó eliminado de la Libertadores, a manos del Santos, tras empatar 0-0 en la Bombonera y caer 3-0 en Brasil. Luego, llegó en ese mismo año, volvió a quedar out en octavos, en un partido polémico ante Atlético Mineiro. Pero no quedó allí, porque el 2022, tras otra tanda de penales, vio la derrota en su propia cancha, ante Corinthians, con el recordado penal de Darío Benedetto.

El 2023 es, tal vez, el más recordado. Boca Juniors pudo vencer a Palmeiras, por penales y alcanzar la instancia soñada. Llegó a la final de la Copa Libertadores contra el mejor equipo del torneo, el Fluminense. Tras una ardua batalla, que fue a tiempo extra, el equipo de Jorge Almirón cayó 2-1 con un gol de John Kennedy, que marcó un verdadero golazo. Fue la chance más clara que tuvo el Xeneize de levantar la tan ansiada séptima.

En el presente año, las cosas no mejoraron. Tras malos resultados en la liga doméstica, Boca clasificó la Copa Sudamericana. Allí, sorteó la fase de grupos y avanzó a los octavos de final. Sin embargo, quedó eliminado en dicha fase, y otra vez a manos de un equipo brasileño. Ganó 1-0 en la ida, perdió 2-1 en la vuelta y se decidió todo en penales. Fue allí donde Miguel Merentiel malogró el penal para darle a Cruzeiro el pase a cuartos de final.

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