UConn, el siguiente en la lista de venganza de Caitlin Clark: el equipo de sus sueños que pasó de ella

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¿Caitlin Clark quería jugar en UConn? | AP

No hay dinastía más grande en el deporte de las Huskies de UConn en el baloncesto femenil de la NCAA. Un equipo que, pese a estar en un sitio tan remoto como Storrs, el coach Geno Auriemma lo convirtió en una máquina que ha ganado 11 campeonatos nacionales y está, ‘como siempre’ en el Final Four, como han hecho en 16 de las últimas 17 temporadas.

Toda niña que juega básquet quiere ir a UConn para ser la siguiente en la línea de las Rebecca Lobo, Diana Taurasi, Sue Bird, Tina Charles, Maya Moore y Breanna Stewart. Eso incluye a la última sensación del baloncesto y rival que quiere evitar su primer campeonato nacional desde el 2016, Caitlin Clark.

La ‘Stephen Curry del baloncesto femenil’ soñaba con jugar en UConn. En un perfil publicado por ESPN previo al inicio de March Madness, Clark admitió que era fan de las Huskies y en su casa tienen todavía una caricatura suya hecha en una feria, con la camiseta de UConn. Es cierto que Des Moines, Iowa, no es una zona que genere demasiado talento para el básquetbol, pero Caitlin no era una desconocida: fue dos veces seleccionada juvenil de Estados Unidos, campeona a nivel AAU, Jugadora del Año en su estado, elegida a los partidos de estrellas McDonald’s All American y Jordan Brand Classic, y la cuarta mejor prospecto de la Generación 2020. Pese a todo ello, UConn pasó de ella.

“Geno nunca apareció”, dijo la coach de preparatoria de Clark, Kristin Meyer, a ESPN.

“Honestamente, quería que me reclutaran para decir que me estaban buscando. Amaba a UConn, creía que era el mejor lugar del mundo y quería decir que me estaban reclutando. Llamaron a mi coach de AAU algunas veces, pero nunca hablaron con mi familia ni conmigo”, dijo Caitlin, quien originalmente iba a jugar en Notre Dame, pero cambió de decisión y optó por ir a la escuela de su estado natal.

Caitlin Clark y Paige Bueckers en el Sweet 16 de 2021 | AP

Parte del motivo de que UConn no buscó a Clark se basa en que, en esa Generación del 2020, las Huskies firmaron a la mejor jugadora de preparatoria, Paige Bueckers, quien juega como perimetral, al igual que Clark, y su estilo es demasiado similar, que requiere el balón en sus manos. Eso no fue impedimento en la selección que se coronó campeona del mundo sub 16 en Argentina 2017, pero al final del día, UConn pasó de Caitlin.

“Hay muchas chicas a las que no reclutamos y hay muchas que no quieren venir a UConn. Firmamos a Paige Buecker muy temprano y habría sido tonto de mi parte decirle a Paige: ‘Oye, mira, te pondremos como guardia, pero también voy a tratar de reclutar fuerte a Caitlin Clark’. No lo hago de esa manera”, dijo el coach Auriemma el martes, en palabras retomadas por CT Insider, aunque luego atribuó más la culpa a la ahora jugadora de Iowa.

“Caitlin obviamente es una tremenda jugadora, generacional, pero si Caitlin realmente hubiera querido venir a UConn, me pudo llamar y decir. Al final, nadie perdió. Ella tomó la mejor decisión para ella y dio resultados y nosotros tomamos la decisión que creíamos era necesaria”, agregó el coach de UConn.

Así que en lugar de tener a las dos mejores jugadoras de la post pandemia en el mismo equipo, UConn tendrá que lidiar con Clark, quien está en modo ‘John Wick’ este March Madness. Ya ‘vengó’ la derrota en el campeonato nacional ante LSU y ahora va ante el equipo que pasó de ella y que ya le venció en dos ocasiones: 92-72 en el Sweet 16 de 2011 y 86-79 en Portland en noviembre del 2022. No fueron los mejores juegos de Caitlin, porque si bien anotó 25 y 21 (realmente nadie impide que anote), tiró bastante mal: 16/45 (35.6%) de campo y 6/23 (26.1%) de triple, aún cuando Bueckers se perdió el segundo por lesión (firmó un casi triple doble, 18-9-8, en el Sweet 16 del 2021).

Iowa es ligera favorita para el Final Four del viernes, en el que Clark buscará llevar a las Hawkeyes de vuelta al partido por el campeonato nacional. Ningún subcampeón se ha redimido al año siguiente desde 1996, cuando lo hizo Tennessee de Pat Summit, que en el año anterior cayó en Minnesota ante UConn, en lo que fue el primer título de la mayor dinastía del deporte.

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