Kristaps Porzingis, de fracasar como escudero de Luka Doncic en Dallas a ser clave para que Boston esté de regreso en las Finales de la NBA

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Puede que no haya una mayor clave para las Finales de la NBA que Kristaps Porzingis, que no solo es el tema de la lesión, sino de un capricho del destino en el que hace que los Celtics se midan ante el ex equipo del letón, los Mavericks, donde era uno de los señalados como responsables de que Luka Doncic no hubiera trascendido en los Playoffs.

En la temporada 18/19, la primera temporada de Doncic en la NBA, Dallas terminó penúltimo en el Oeste, con marca de 33-49, pero el esloveno promedió 21.2 puntos, 6.0 asistencias y 7.8 rebotes, siendo el primer novato desde Oscar Robertson en tener una campaña de 20-6-6 como novato. Mark Cuban sabía que no tenía tiempo que perder al tener un talento de época y buscó otra estrella, haciéndose con Kristaps Porzingis en enero del 2019, aunque no jugó porque venía recuperándose de una lesión grave de rodilla.

Porzingis venía de ser All Star con los Knicks en 2018, iniciando la era de los ‘unicornios’ en la NBA al promediar 22.7 puntos, 6.6 rebotes, 2.4 tapas y 39.5% de triple. Era un matrimonio ideal, mandado a hacer, ese combo interior-exterior a lo Shaq y Kobe, Magic y Kareem, Bird y McHale. Sonaba ideal, pero no fue así.

El letón no fue el mismo que en los Knicks y las lesiones le afectaron una y otra vez. La primera temporada que jugó, alcanzaron los Playoffs en la burbuja de Orlando, pero Porzingis se perdió los últimos tres juegos de primera ronda ante los Clippers. Pese a que Doncic promedió casi un triple doble (31.0 puntos, 9.8 rebotes y 8.7 asistencias), Dallas fue eliminado en seis partidos.

Al año siguiente, los Clippers de nuevo les echaron en la primera ronda, con Porzingis teniendo juegos de 9, 8 y 7 puntos y nunca pasó de 20. Cada vez más crecían las dudas sobre esta dupla y a mitad de la temporada 21/22, Dallas cortó por lo sano y mandaron al pívot a Washington. Para echar limón a la herida, los Mavs no solo ganaron una serie de Playoffs, algo que nunca pudieron con Kristaps, sino que alcanzaron la Final del Oeste.

Con los Wizards, Porzingis no pisó la postemporada, pero comenzó a reconstruir su juego. De ser relegado a tirar detrás del arco y tener poco el balón en Dallas, en buena medida por el monopolio de balón de Docic, el letón se volvió el mejor anotador en el poste bajo de la NBA y siguió siendo un tirador a considerar de triple (38%).

Los Celtics, en plena crisis existencial por tener un nuevo colapso en los Playoffs, decidió traer a Porzingis a Boston, en el cambio múltiple que representó la salida del capitán del equipo, Marcus Smart, y firmaron una temporada histórica, una de las mejores de la historia de la NBA, con Kristaps dando mayor protección en la pintura que Al Horford y Robert Williams, además de completar una rotación de puros jugadores con pasado All-NBA o del Equipo Defensivo con Jrue Holiday, Derrick White, Jayson Tatum, Jaylen Brown y Al Horford.

Porzingis se ha perdido los últimos 10 partidos de los Playoffs, lesionado una vez más, pero parece estará de regreso para las Finales y podría ser el jugador que decante la balanza, ya que Boston no tiene a nadie más que proteja el aro, por lo que su presencia podría complicar los ataques de Luka y Kyrie; y del otro lado, la forma en que decidan defenderle afecta muchas cosas: si saca de la pintura a Lively o Gafford, no hay nadie que impida el acceso al aro; si un perimetral le marca (Jones o Washington o hasta Luka), podría machacar con su juego interior o tirar por encima de un jugador más bajo.

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