El baloncesto es un deporte que se caracteriza por la rapidez, la intensidad y la competitividad, pero nunca debería ser motivo de violencia ni agresiones. Lamentablemente, esto es lo que sucedió al final del juego 2 de la serie de cuartos de final de la Euroliga entre el Real Madrid y el Partizan de Belgrado.
Con menos de dos minutos restantes para finalizar el último cuarto y con un resultado de 80-95 favorable al conjunto serbio, una falta antideportiva del base Sergio Llull desató la batalla campal en el WiZink Center. Llull cometió una infracción sobre Kevin Punter que provocó la reacción del estadounidense. Todos los jugadores se hicieron al centro de la cancha de manera agresiva y empezaron a llover golpes y agresiones. Los árbitros del partido decidieron suspender el cotejo y finalizar con el marcador como estaba.
El entrenador del Partizan, Zlatko Obradovic, fue uno de los primeros en pedir calma y disculparse por lo sucedido. “No puede pasar nunca más. No es bueno para el baloncesto. Voy a intentar calmar a toda la gente. Tengo amigos aquí, el Real Madrid es un gran club y quiero que se hable de baloncesto”, declaró el entrenador serbio.
Por su parte, el capitán del Real Madrid, Rudy Fernández, también pidió perdón a los aficionados al baloncesto. “Tenemos que pedir perdón a todos los aficionados al baloncesto. No podemos permitir que esto suceda en nuestro deporte. Debemos aprender de esto y trabajar juntos para evitar que vuelva a suceder”, señaló el jugador español.
Este tipo de incidentes lamentablemente no son una rareza en el baloncesto europeo, ya que en los últimos años hemos visto varios casos similares que dañan la imagen del deporte y ponen en riesgo la seguridad de los espectadores y los jugadores. El Madrid tendrá que ganar el tercer juego en Belgrado para aferrarse a la clasificación, ya que la ronda es al mejor de cinco y el Partizan está a un triunfo de acceder al Final Four.
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