Scott Rolen es un pelotero de la vieja escuela. Sin embargo, está agradecido con los análisis avanzados de la actualidad. Después de todo, ayudaron a que fuera elegido como nuevo miembro del Salón de la Fama.
Rolen, en su sexto intento, fue elegido de manera unánime por el Comité de Peloteros de la Era Contemporánea, al igual que Fred Mc Griff, como nuevos integrantes del recinto, al que ingresarán oficialmente este domingo.
“Aprendí mucho sobre el proceso en los últimos dos años. No estoy metido en todas las mediciones, números estadísticas avanzadas ni eso, pero aparentemente me ayudaron, así que las amo”, bromeó Rolen el sábado.
Siete veces elegido al Juego de Estrellas y ocho veces galardonado con el Guante de Oro, Rolen fue seleccionado en 297 de las 389 papeletas depositadas por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA) o 76,3%, en su tercer año como candidato elegible. Recibió apenas el 10,2% en su primera votación, la proporción más baja en esa ronda para un jugador que haya sido elegido después.
Su votación subió notable y constantemente. Pero no fue sino hasta el año pasado cuando Rolen sintió que tenía una oportunidad de llegar al Salón de la Fama. Y con ello comenzó a sentir estrés.
“En los primeros cinco años no había tanta presión, en absoluto”, contó. “El primer año tratábamos de obtener cierto número para seguir en la boleta. El año pasado sí supe que había una oportunidad. Y en el último caí en cuenta de que todo podía ser real. Sentí presión en el pecho, antes de oír la noticia”.
Rolen bateó para .281 con 316 jonrones y 1.287 remolcadas por Filadelfia (1996-2002), San Luis (2002-2007), Toronto (2008-2009) y Cincinnati (2009-2012). Fue elegido de forma unánime el Novato del Año de 1997 y ostentó un promedio de .314 en 2006, cuando los Cardenales ganaron la Serie Mundial.
McGriff, el espigado primera base, bateó para .284 con 493 vuelacercas y 1.550 remolcadas a lo largo de 19 campañas con seis equipos de las mayores. Cinco veces elegido al Juego de Estrellas, ayudó a que Atlanta conquistara la Serie Mundial de 1995.
Sus 493 jonrones lo tenían empatado en el décimo sitio en la historia de las Grandes Ligas entre los zurdos cuando se retiró. Sin embargo, McGriff se preguntó cómo habrían sido sus estadísticas si hubiera jugado toda su carrera con los Yankees de Nueva York, el equipo que lo reclutó en el draft.
“¿Con ese pequeño pórtico en el jardín derecho? Eso habría sido algo hermoso para mí”, dijo McGriff. “¿Y con el parque que tienen ahora?… Ese lugar es increíble”.
Pero no lamenta nada, mucho menos tomando en cuenta lo que vivió en Atlanta.
“Mi tiempo con los Bravos fue asombroso. En aquel momento no existían los Rays de Tampa Bay o los Marlins de Florida”, rememoró. “Atlanta era lo más cercano a mi casa (en Florida). Era muy importante para mí el que mis padres tuvieran más oportunidad de verme jugar, Y desde luego ganar“.