Padres vs Dodgers, una rivalidad emergente en los playoffs de la MLB
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La rivalidad entre Los Angeles Dodgers y San Diego Padres ha resultado ser una de las más emocionantes en los últimos años en la MLB, y la Serie Divisional de esta temporada no ha sido la excepción. En las últimas cinco temporadas, ya se han enfrentado en esta etapa de la postemporada tres veces, con resultados alternos y reñidos. En la primera ronda de los playoffs de 2020, los Dodgers triunfaron sobre los Padres antes de ganar la Serie Mundial, pero en 2022, San Diego dio la vuelta a la situación y lo blanqueó en una serie de cuatro juegos. Esta vez, la tensión estuvo en el aire casi de inmediato.
El segundo partido de la Serie Divisional disputado el pasado sábado explica las razones que han hecho de este enfrentamiento el mejor de los playoffs hasta el momento. Los Dodgers, con su dominio en la División Oeste de la Liga Nacional durante la última década, se enfrentan a unos Padres que buscan demostrar que su triunfo en 2022 no se produjo por casualidad. Después de los primeros dos juegos de la serie, ambos equipos se dirigen a San Diego con dos victorias cada uno y listos para el juego 3 de esta intensa batalla.
Desde el arranque del duelo hubo una sensación de tensión. Fernando Tatis Jr.colocó a los Padres adelante en el marcador durante la primera entrada al enviar la pelota al bullpen de los Dodgers, sin que ningún jugador del lado contrario intentara reaccionar. Poco después, Jurickson Profar hizo una gran atrapada, evitando lo que habría sido un jonrón seguro para Mookie Betts, para disgusto de los fanáticos de los Dodgers y para emoción de los fanáticos de San Diego. La energía en el estadio de los Dodgers era inexplicable, pero pronto esta energía se convirtió en hostilidad.
Tensión en aumento
El evento que finalmente elevó la temperatura de la ya candente contienda se produjo en la sexta entrada, cuando el abridor de los Dodgers, Jack Flaherty, lanzó una pelota con destino al muslo de Tatis Jr. Si bien Flaherty defendió categóricamente que se trató de un accidente, los Padres no lo tomaron a la ligera, especialmente después de que Tatis se tomara su tiempo para caminar las bases tras cuadrangular inicial. Manny Machado se mostró igualmente descontento diciendo: “Si no pueden sacarlo, no lo golpeen”. Esto sólo alimentó la tensión entre ambas novenas.
Ofensivamente, los Padres fueron una fuerza imparable, ya que conectaron seis jonrones en el partido, con un Jackson Merrill estelar. A sus 21 años de edad, Merrill impresionó tanto ofensiva como defensivamente, robándole un doblete a Kiké Hernández de manera asombrosa y contribuyendo con un vuelacercas de dos carreras poco después. “Ese tipo claramente no parece tener 21 años”, comentó Xander Bogaerts sobre su compañero de equipo.
Sobreexcitación en la grada
Sin embargo, el enfrentamiento no se limitó solo al plano deportivo. El juego se detuvo durante siete minutos después de que los seguidores de los Dodgers comenzaran a arrojar objetos al campo, una indicación de las elevada tensión que se respiraba en el estadio. Se arrojaron pelotas y latas de cerveza a Jurickson Profar, quien jugaba en el jardín izquierdo en ese momento, lo que provocó que los jugadores de los Padres se retiraran del campo.
A pesar de toda la conmoción y las distracciones, los Padres pudieron lograr la victoria por 10-2, igualando la serie antes de viajar a San Diego para el juego 3. Hablando con los periodistas, el manager de los Dodgers, Dave Roberts, minimizó la importancia de los altercados, pero mostró claramente que este punto de inflexión avivó nuevamente la llama de una rivalidad que promete emociones fuertes hasta el final de esta serie.