¿Por qué Pete Rose fue vetado de por vida por MLB? La historia de uno de los escándalos de apuestas más grandes en la historia del deporte
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El lunes, murió uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol de las Grandes Ligas, Pete Rose, a los 83 años. Nadie en la historia del béisbol ha pegado más hits que él, es el último mánager-jugador y tiene todas las credenciales para estar en el Salón de la Fama de Cooperstown, pero no lo está debido a la sanción que le tiene vetado de por vida de MLB. ¿La razón? Las apuestas deportivas.
En el terreno de juego, no se puede cuestionar a Rose y su carrera, en la que militó principalmente en Cincinnati, pero también pasó por los Phillies y Expos de Montreal. Sus 4,256 hits, sus 17 apariciones en el Juego de Estrellas, el MVP de 1973 en la Liga Nacional y tres veces ganador de la Serie Mundial, además de poseer los récord de juegos disputados (3,562) y apariciones al plato (15,890), pero su legado fue manchado por haber apostado en el deporte.
Todo comenzó el 20 de marzo de 1989, cuando el comisionado Peter Ueberroth, anunció que abría una “una investigación completa por las serias acusaciones” sobre Rose por apostar en el béisbol.
Según la investigación, Rose hizo 412 apuestas entre abril de 1985 y julio de 1987, 52 de ellas a la victoria de los Reds, mientras era mánager-jugador y mánager de Cincinnati.
Rose afirmó, por años, que solo apostó tras terminar su carrera como pelotero, pero en 2015, una investigación de Outside the Lines reveló que sí apostó como jugador, además del libro del 2023, Charlie Hustle: The Rise and Fall of Pete Rose, incluye pasajes en el que sus compañeros de equipo estaban muy habituados con la presencia de personas ajenas al equipo en el vestidor.
El caso que llevó a su sanción comenzó cuando surgieron reportes de que el pelotero tenía una red de corredores de apuestas y amigos y otras personas para colocar apuestas en juegos de béisbol, incluyendo de los Rojos de Cincinnati, en los que él era el mánager. Rose negó todas las acusaciones, pero la investigación encontró que “todos los testimonios de los testigos, así como evidencia documentada y récords telefónicos revelaron las extensas actividades de apuestas de Pete Rose en conexión con el béisbol profesional y en particular de los juegos de los Rojos durante las temporadas de 1985, 1986 y 1987”.
Apostar en el béisbol ha sido un pecado imperdonable desde 1920, cuando varios miembros de los Medias Blancas de Chicago fueron expulsados por dejarse perder en la Serie Mundial de 1919, curiosamente, ante los Rojos. La Regla 21 del béisbol, que aparece en cada vestuario profesional, proclama:
“Cualquier jugador, árbitro, dirigente o empleado de un club o liga que apueste cualquier suma en cualquier juego de béisbol en relación con el cual el apostador tenga un deber de cumplir será declarado inelegible de forma permanente”.
En agosto de 1989, el sucesor de Ueberroth como comisionado, Giamatti dijo las palabras más tristes en la historia del béisbol: “Uno de los jugadores más grandes estuvo involucrado de algunos actos que han manchado al deporte y ahora debe vivir con las consecuencias de sus actos”. Giamatti anunció que Rose acordó ser vetado de por vida, una decisión que llevó a que el Salón de la Fama lo considerara inelegible en 1991.
Semanas después del anuncio, Giamatti falleció de un paro cardiaco, pero el veto se mantuvo y Rose nunca fue elegido al Salón de la Fama en vida, aunque recibió 41 votos en 1992 (cuando 323 votos eran necesarios). Casi al mismo tiempo, el Salón de la Fama formalmente dictaminó que cualquiera que estuviera vetado del béisbol no podía ser elegido.
En una autobiografía de noviembre de 1989, escrita con el autor de “The Boys of Summer”, Roger Kahn, Rose volvió a insistir en su inocencia, para luego retractarse en 2004. Rose afirmó que sí apostó en partidos de Cincinnati, pero nunca en su contra.
“Moriría antes de perder un juego de béisbol. Odio perder. No hay nada en el mundo que me haría amañar un partido”, declaró Charlie Hustle en su momento. Al ser entrevistado por el comisionado en turno, Bud Selig, aseguró que apostaba “cuatro o cinco veces por semana, pero nunca en el clubhouse” y que lo hizo porque pensaba que no sería descubierto.
Con información de AP