Puerto Rico hace un juego perfecto en el Clásico Mundial de Béisbol y destrozaron 10-0 a Israel con una gran combinación de José De León y tres relevistas.
El duelo por el Grupo D acabó tras ocho innings al aplicarse la regla de abultamiento de carreras del torneo. Los boricuas se quitaron la amargura de la derrota 9-6 ante Venezuela la noche previa, con una reacción que llegó muy tarde.
De León empató un récord del Clásico al recetar 10 ponches en 5 2/3 innings. Fue relevado tras ponchar a Spencer Horwitz con su 64to pitcheo, uno por debajo del límite que el certamen establece para los lanzadores abridores en la primera ronda.
“Estaba más pendiente a los ponches que los innings perfectos”, contó De León. “La verdad es que todavía no me lo creo. Estoy viviendo un sueño”.
El derecho de 30 años recibió una sonora ovación de los aficionados puertorriqueños, amplía mayoría dentro de los 27,813 presentes en el estadio LoanDepot Park.
De León firmó en diciembre pasado un contrato de ligas menores con los Mellizos de Minnesota, última parada de una trayectoria truncada por dolencias físicas para el que alguna vez fue un cotizado prospecto de los Dodgers de Los Ángeles.
“Nunca perdí la fe en mí. Yo soñaba con un momento como este por todas las cosas que he pasado”, señaló De León. “Necesitaba un momento como este, que todavía estoy aquí para quedarme”.
De León formó parte del equipo de Puerto Rico que logró el subcampeonato en el Clásico de 2017, pero ha vivido un suplicio con las lesiones desde entonces. Tuvo que someterse la cirugía Tommy John para reparar el desgarro del ligamento cubital colateral del derecho al lesionarse durante los entrenamientos de pretemporada con Tampa Bay.
“Es un gran momento para todos pero en especial para él, con su familia aquí y por todo lo que ha tenido que pasar en su carrera”, afirmó el mánager boricua Yadier Molina. “Se lo merece”.
Martín Maldonado fue el receptor del juego perfecto, el mismo que estuvo detrás del plato cuando los Astros de Houston lanzaron un juego sin hits combinado en el cuarto duelo de la Serie Mundial que ganaron el año pasado ante los Filis de Filadelfia. Maldonado también fue el cátcher de un juego sin hits combinado de los Astros ante los Yanquis en Nueva York en junio pasado.
“Se siente mejor por lo importante que es representar a Puerto Rico, llevar el nombre en el pecho”, dijo Maldonado.
Fue el primer juego sin hits en el Clásico desde que Shairon Martis, a sus 18 años, cubrió siete innings para Holanda contra Panamá en la primera de cinco ediciones del torneo, la de 2006.
Al bate por Puerto Rico, Javier Báez conectó un par de dobles y Francisco Lindor aportó un triple y un sencillo. Los boricuas totalizaron 11 hits y quedaron con marca de 2-1.
Yacksel Ríos relevó a De León y recetó un ponche para culminar el sexto. Edwin Díaz, el estelar relevista de los Mets, se encargó de la alta del séptimo y la pizarra 9-0. Duane Underwood Jr. empleó 10 lanzamientos para retirar a Israel en el octavo.
Puerto Rico atacó sin demora ante Colton Gordon, el abridor de Israel, con tres carreras en el primer episodio. Báez sonó un doble de dos carreras y anotó mediante el doble de Eddie Rosario.
A punta de extrabases, los boricuas añadieron tres carreras más en el segundo. Kiké Hernández puso el 5-0 con un doblete de dos anotaciones y luego anotó con el triple de Emmanuel Rivera. Lindor conectó su triple en el quinto para traer dos carreras dentro de un racimo de tres.
En el octavo, el sencillo de Hernández hacia el jardín izquierdo remolcó a Maldonado para poner fin al juego. Puerto Rico tendrá descanso el martes y cerrará su actuación en la etapa de grupos con el esperado duelo frente a su eterno rival República Dominicana el miércoles.