Durante la parte baja de la quinta entrada del encuentro de semifinales del Clásico Mundial de Béisbol entre México y Japón, llegó un batazo por todo el jardín izquierdo del primera base, Kazuma Okamoto el cual tenía destino para la calle, no obstante, apareció la gran estrella de la selección mexicana, Randy Arozarena y le dijo que no a los nipones.
El jardinero izquierdo continúa dándole alegrías a todo México y se ha vuelto el ídolo indiscutible de la afición, posterior a su gran jugada en la que sacó ese out vital, se dio el tiempo de firmar varias pelotas con su autógrafo para los afortunados fanáticos que se encontraban en las primeras filas del estadio.
Arozarena ha sido pieza clave para México durante todo el torneo con jugadas trascendentales tanto a la defensiva como también con una gran producción a la ofensiva.