Randy Arozarena se convirtió en el hombre del momento de la selección mexicana de béisbol en el Clásico Mundial. El cubano, nacionalizado mexicano, tuvo un brillo total en el diamante, pues no sólo lució en el terreno ofensivo, también lo hizo a la defensiva con vibrantes atrapadas que se tradujeron en jugadas clave.
El jardinero izquierdo marcó un promedio de bateo de .450, con 6 dobles, 1 homerun y 9 carreras remolcadas, números que ayudaron a México a terminar en el tercer lugar del torneo, tras caer en las semifinales ante Japón.
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A la defensiva, Randy Arozarena tampoco se cansó de mostrar sus habilidades, con estampas que hicieron vibrar a los aficionados y que se han quedado grabadas para la historia.
En la cuarta entrada ante Canadá, cuando México ganaba 3-2 vino un bombazo a su zona que amenazaba con hacer daño. Sin embargo, ahí estuvo Arozarena muy atento para acabar con el peligro, pero eso no fue todo, pues en la quinta entrada de ese mismo juego, lo volvió hacer para aplacar los cañones.
Aunque una de las recordadas e importantes, fue la atrapada que hizo ante Puerto Rico en un momento crucial, en el que los boricuas amenazaban con empatar y darle la vuelta al juego en el octavo inning. Arozarena apareció en lo más profundo del parque para apagar el incendio.
Sus festejos también se hicieron parte de su gran actuación, y los repitió en varias ocasiones, como ante Japón, cuando el equipo ganaba 3-0 y Arozarena capturó una pelota que coqueteaba con irse más allá de la barda, en la quinta entrada, en la que les repitió la atrapada para acabar con el peligro. El pelotero se metió en el corazón de los aficionados mexicanos, con su gran béisbol y su lujo a la defensiva.