El boxeador británico Anthony Joshua, dos veces monarca mundial de los pesados, lució poco convincente pero volvió a la senda del triunfo, al imponerse por decisión unánime el sábado sobre el estadounidense Jermaine Franklin tras doce rounds y con un candente final, donde tuvieron que ser separados lo pugilistas.
El británico había perdido tres de sus cinco contiendas anteriores, incluidas dos consecutivas ante Oleksandr Usyk. Sin embargo, alcanzó la victoria por primera vez desde 2020 gracias a las anotaciones de los jueces, que lo vieron ganar en Londres por 118-111, 117-111 y 117-111.
“Me gustaría haberlo noqueado, pero es importante conseguir el triunfo”, dijo Joshua.
Joshua conectó regularmente su jab de izquierda y sorprendió a Franklin en varias ocasiones con su poderoso derechazo. Sin embargo, el estadounidense se mantuvo firme en la O2 Arena.
En un final extraño, pareció que el duodécimo asalto había concluido ocho segundos antes. Joshua empujó con la cabeza a Franklin, y ello generó la furia de Lorenzo Adams, entrenador de fuerza y acondicionamiento del estadounidense.
Adams empujó al púgil británico. La calma se restableció, el réferi levantó la mano de Joshua para darle su 25ta victoria como profesional y mantener vivas las esperanzas de una “Batalla de Gran Bretaña” ante Tyson Fury, el campeón del Consejo Mundial de Boxeo.
“Ustedes me conocen. Siempre lo intento y me entrego a los aficionados”, dijo Joshua en el cuadrilátero. “Sé a quién quieren ver los aficionados. La pelota está en la cancha de Fury. Me honraría al 100% competir por el título de los pesados del CMB. Estoy aquí y lo digo con orgullo.
“Sería un honor. Así que, sin importar dónde estés, si estás escuchando, sabes quiénes me manejan, conoces a mi promotor. Hemos dialogado antes. Sigamos y ojalá que podamos hacer esto tarde o temprano. No nos estamos volviendo más jóvenes”.
Joshua tiene 33 años y Fury 34.