Providencia, con la menor huella de carbono de los productores de biocombustible en el sector azucarero

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Providencia obtuvo la menor huella de carbono (Foto: suministrada)

Providencia, sin duda, encuentra sus frutos de un compromiso que obtuvo desde el 2005 de cuidar el medio ambiente. La reconocida empresa implementó el programa de producción de alcohol carburante o etanol anhidro. Ahora bien, no solamente es la que produce el etanol con el menor factor de emisión, sino que se convirtió en el único ingenio azucarero que produce alcohol orgánico.

Resulta que, el alcohol carburante producido por el ingenio de Providencia tiene un factor de emisión de 352 Kg/m3, llevando a que sea un 85% con menor contaminación que la gasolina (2300 kgs, según la UPME). Este combustible renovable, mezclado directamente con la gasolina convencional, tiene su fin de reducir tasa de emisiones, así como la disminución de la huella de carbono y mejora de su octanaje.

Esto hace que Providencia se encuentre muy por debajo del promedio en el sector, con la cifra de 121 km/m3 y, además, un 55% menos del límite permitido por la regulación ambiental vigente. Dicha medición se estableció en 2016 bajo los estándares de la norma ISO 14064-1, que involucra a las empresas agroindustriales y contabiliza la huella de carbono. El balance final es muy positivo, de acuerdo con el gerente Vicente Borrero Calero.

Hemos reducido en Providencia las emisiones totales de gases de efecto invernadero en un 33%. Esto es un fiel reflejo del a convicción que tenemos como compañía por trabajar para reducir nuestra huella ambiental. Se traduce en algo más de noventa mil toneladas de CO2 al año, que sería el equivalente a conservar un bosque de nueve mil hectáreas durante el mismo periodo”, manifestó Vicente Borrero.

Cabe resaltar que esta medición es realizada anualmente por la entidad Cenicaña, encargada de certificar, compilar y entregar la información a las diversas compañías a nivel nacional. El límite permitido de la huella de carbono es de 428 km/m3, muy por debajo del registro de Providencia (121), siendo inferior a la mitad de lo indicado.

En este caso, Providencia se encarga de producir etanol carburante a partir de la miel de la caña, que contiene altos contenidos de azúcares consumidos por cepas especiales de levadura en un proceso de fermentación, la cual produce alcohol, agua y minerales. Posteriormente, dicha mezcla pasa por un proceso de filtrado y destilación para separar el agua y las impurezas hasta dejar un alcohol rectificado, que se deshidrata con tamices moleculares para obtener el alcohol anhidro o carburante.

Para ser distribuido, el alcohol recibe una pequeña suma, entre 2% y 2.5%, de gasolina pura en aras de desnaturalizarse, garantizando que se use para el programa de oxigenación de la misma. La empresa pone el producto a disposición de los mayoristas, quienes se encargan por legislativa de hacer la mezcla con la gasolina convencional para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero.

Este es el proceso para que Providencia sea noticia a nivel nacional, ya que posee la menor huella de carbono en el sector y, con ello, aporte significativamente a mejorar la cantidad del aire y mitigar el cambio climático.

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