América, un colador de entrenadores
- César Farías: ”Mi representante me lo advirtió, estaba comprando un problema, estos dueños han tenido 16 entrenadores…”
- Tulio Gómez rompe el silencio tras la salida de Farías: “No había armonía”
No son los mejores días los que se viven en el América. Nuevamente y como ha venido pasando semestre tras semestre, está buscando un nuevo entrenador. La eliminación de la Copa Sudamérica, no entrar a los cuadrangulares y su carácter; le cerraron la puerta a César Farías que apenas duró unos meses como adiestrador Escarlata. Él terminó siendo el malo de la película, pero sabemos que el verdadero villano tiene nombre propio.
César Farías fue víctima de la mala toma de decisiones de la junta directiva del equipo, que hace unos años se ha vuelto una costumbre. Una vez que se arranca un proyecto así, es muy complejo mantenerlo cuando no hubo tiempo de trabajo, hubo malos planteos, soberbia y varias idas y vueltas con la prensa y los hinchas. Además, el entrenador venezolano demostró una vez que no tiene cuero para dirigir un grande. Cuando le toca tomar las riendas y proponer, se le complica muchísimo. Como le ha pasado a lo largo de su carrera.
Así habló César Farías de su paso por América: “Yo no arme el equipo, no traje un jugador, no hice pretemporada, vine en un momento difícil, me tocó soportar todo lo difícil. Si era después de la Sudamericana era entendible, pero después que pudimos pasar ese partido nuevamente con Alianza también difícil que quedamos con 10, con un ambiente muy enrarecido y una roja que la verdad me quedó sabor amargo y lo pudimos levantar. De ahí no se habló más de ningún mal aspecto”.
Y añadió: “Mi representante me dijo, ‘estás comprando un problema, estos dueños han tenido 16 entrenadores, tienen promedio de un poquito menos de un semestre’. Es una cuestión que uno sabía que podía suceder si no llegaban los resultados esperados. Lo tomó con mucha naturaleza, tranquilidad, nos faltaron algunos resultados para que la historia fuese diferente”.
No deja de ser curioso que después del ascenso, América no haya logrado que un entrenador se quede más de un año. Llegan como los salvadores pero ante la primera de cambio los sacan. Cinco años en el infierno no fueron suficientes para entender que una vez que se regresaba a primera, había que cambiar el chip. Se ha intentado con todo y sólo una vez que se armó proyecto serio y se sumó la gente que sabe (Álvaro Rius)… volvieron las vueltas olímpicas a San Fernando.
La baraja de entrenadores es amplia. Pasaron: Hernán Torres, Jorge ‘Polilla’ Silva, Pedro Felicio Santos, Fernando ‘Pecoso’ Castro (estuvo en 2002 y 2003 y logró llegar a una semifinal de Copa Libertadores), Alexandre Guimaraes, Juan Cruz Real, Juan Carlos Osorio, Lucas González y César Farías. Cada uno con sus pergaminos y su historia, pero sólo un par pudieron sumar algunas páginas en el libro del América.
Con todos hubo algo en común, siempre había una excusa para sacarlos. No la misma, pero más allá de los resultados, siempre se pegaban de algo sin sentido y lo más curioso es que siempre había un ‘Plan B’ sobre la mesa. Raro, sin con todos se estaba apostando a un proyecto a largo plazo. Por ejemplo: Guimaraes salió en su segundo ciclo por no trabajar con divisiones inferiores y Lucas González ya estaba listo para tomar la posta. A este último lo sacaron, después de alardear que iba a quedarse por seis años y que la meta era ganar la Copa Libertadores. Primera de cambio y adiós. Según ellos: había que sumar a un DT con espalda y ganador. Sí, Farías. Sólo duro tres largos meses.
América se volvió un colador de entrenadores. Pasan nombres, ganan algunos partidos, pierden otros y los sacan. No hay planificación, no hay visión. Con una dirigencia seria, si se habla de un proyecto, todos los van a entender. Quieren copiar el de Gamero en Millonarios, pero no se acuerdan todo lo que les costó llegar a donde están ahora. Gana un título por año y protagonista en el ámbito local. Sí, tiene la deuda internacional, pero lo importante es que está adentro participando en ella.
Ya pasó en 2019 y 2020. El dueño se asesoró de gente que sabe de fútbol, se contrató bien y llegaron los títulos. Lo ideal era ir sumando juveniles a esa base ganadora para que unos años después ellos fueran los protagonistas. Crecen en un equipo ganador y eso facilita las cosas. Como le pasó en su momento a Harold Lozano, Foad Maziri, Jersson González, entre otros…
No es sano cambiar y cambiar de entrenadores por capricho o porque sí. Eso lo debe saber la presidenta que fue deportista de alto rendimiento. Esta vez hay una nómina con buenos jugadores y una cantera que pide a gritos ser utilizada. Hay material para un entrenador a largo plazo; que tenga el respaldo de la directiva y no solo por seis meses. Sacar entrenadores no deja que ningún proyecto se consolide.
Rendimiento de los entrenadores de América tras el ascenso
- Hernán Torres (Con ascenso incluido) – 56.79 %
- Jorge ‘Polilla’ Da Silva (Mantuvo la categoría) – 48.61
- Pedro Felicio Santos – 47.62 %
- Fernando ‘Pecoso’ Castro – 55.56 %
- Alexandre Guimaraes (Campeón) – 50.17%
- Juan Cruz Real (Campeón en pandemia) – 48.23 %
- Juan Carlos Osorio – 38.10 %
- Alexandre Guimaraes – 46.33 %
- Lucas González – 47.62 %
- César Farías – 43.86%
- Datos: Cortesía de @TuPielRoja