Atlético Bucaramanga revive en Bogotá y complica a Millonarios: las claves del triunfo Leopardo

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Joider Micolta celebra el gol. - Vizzor Image.
Joider Micolta celebra el gol. – Vizzor Image.

¡Qué partido de estrés en la fecha 3 de los cuadrangulares! La victoria del Deportivo Pereira en su visita a Junior abrió la puerta para que Millonarios tuviera en sus manos la posibilidad de ponerse a liderar el grupo A, además de levantar cabeza después de su temprana eliminación de la Copa Libertadores.

En frente, un Atlético Bucaramanga que tuvo un arranque flojísimo en la instancia semifinal y que necesitaba sumar para no quedarse rezagado. El campo de juego en el Estadio Nemesio Camacho El Campín se vio marcado por un concierto la noche anterior. La Alcaldía de Bogotá le sigue fallando al fútbol con un propósito para el que no fue construido este escenario. No demoran en permitir una corraleja.

Poquito y despacio

El Embajador mostró intención ofensiva desde el arranque, aunque se quedaría en intentos. Tuvo una opción clarísima con el envío de Émerson Rivaldo Rodríguez al área chica y Mackalister Silva, zambulléndose, impactó por encima del arco. La visita tuvo también la suya en un tiro de esquina en el que Kevin Cuesta apareció solo y cabeceó desviado.

El partido tuvo un bache emocional larguísimo por la gran cantidad de faltas de lado y lado, además de la precaución mostrada por ambas escuadras. El embajador se acercó un par de veces más con el disparo de media distancia de Juan Carlos Pereira que Aldaír Quintana detuvo y una volea de Silva que se fue desviada. Los extremos de Millonarios, Rodríguez y Daniel Ruiz, estuvieron entregando muy mal la pelota. El primer tiempo se fue en un bostezo.

Es lo de siempre

El segundo tiempo iba a necesitar algo de cambio. Sin embargo, sería a partir de la charla de los entrenadores, pues los mismos 22 jugadores se presentaron para la reanudación. Ahí mejoró el asunto. el contraataque albiazul encontró al Leopardo mal ubicado en defensa y llegó con dos hombres contra un solo defensor. Mackalister Silva fue finalmente el que se encontró mano a mano y estrelló su disparo contra el palo.

Lo mismo de tantas veces se repitió: como Millonarios no aprovechó, pues el rival le cobra. En la jugada inmediatamente siguiente, el Bucaramanga construyó hasta que Joider Micolta enganchó hacia dentro y metió un derechazo con rosca iluminado para sobrepasar la volada de Álvaro Montero al minuto 52. La mayoría de asistente a El Campín no lo podían creer.

Llaves refundidas

Para sumar más dolores de cabeza, Jhoan Hernández cayó en una lama posición y se lesionó. Lo complicado de entender era que entrara Sánder Navarro, que es lateral de perfil derecho, en su lugar. Si bien Danovis Banguero no estaba entre las alternativas para poner un hombre con la orientación natural, Jorge Arias sí estaba aguardando en el banquillo y ha hecho esa labor con destacables actuaciones en el pasado. Delvin Alfonzo asumió por izquierda.

Si había un desajuste con ese cambio en defensa, no se iba a notar, pues el Bucaramanga retrocedió a un bloque bajo. Yúber Quiñones, que entró en el complemento, puso un centro inmejorable a la posición donde Juan Esteban Carvajal esperaba solo. Sin embargo, el tercer centrodelantero en lista cabeceó de pésima manera cuando estaba en frente del arco.

Arias, Banguero y Ramiro Brochero finalmente entraron para engrosar el registro de sustituciones. Millonarios divagó entre el desespero, las malas entregas de pelota y centros pésimos que no se convertían en la llave del candado puesto por el rival. Fue un trabajo impecable en defensa del Atlético Bucaramanga para conservar la ventaja mínima y meterse nuevamente el el sueño de la gran final.

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