Atlético Nacional sigue ‘patas arriba’: las claves del empate ante Águilas Doradas
Es un caso de estudio. Jornada que pasa y jornada en la que aún se desconoce por completo la identidad de Atlético Nacional. No deja de llamar la atención que deje en el camino a dos pesos pesados como son Millonarios y América de Cali, pero que en un abrir y cerrar de ojos se olvide de la palabra victoria. Y nuevamente ante Águilas Doradas ratificó su mal momento. De no haber sido por el juvenil Kevin Parra, la tormenta eléctrica que azotó al Atanasio no hubiese tenido un final. Un empate que sigue dejando al equipo antioqueño ‘patas arriba’.
Ni por nombres ni por escudo. Cada vez se le pone más cuesta arriba a Nacional el jogo bonito. Y eso que tiene figuras que al menos pueden dejar una sensación más agradable para el ojo. Sin embargo, conjugar el verbo ganar no se asoma en el tintero. Al conjunto Verdolaga se le ha ido por completo la mística y para prueba de ello es la suma de un punto de sus últimos nueve disputados.
Y ante Águilas Doradas no hubo excepción alguna. Inquietar, molestar, apretar, pero no saber ahogar a su rival. Y si eres tan ingenuo en estos tiempos, tarde o temprano la vida te lo cobra. Justo le sucedió al término de la primera parte, luego de un contragolpe que comandó Jesús Rivas, que nunca se ‘congeló’ ante la salida de David Ospina. Gol, 0-1 y las gradas mojadas y silenciadas.
Cambio de chip
Con el agua sobre el cuello, Repetto alteró el tablero y empezó a buscar la brújula de la noche. Pero ni Edwin Cardona ni Alfredo Morelos dejaban huellas en el camino. El que sí supo aplicarlas fue el juvenil Kevin Parra, que no dejaba de insistir por el costado izquierdo. Y tanto va el cántaro a la fuente hasta que por fin se rompe. Cuando Águilas ya estaba por emprender el vuelo, llegó el ‘mazazo’.
Espabilar ante un grande es pecado mortal. Se sabe, de entrada, que ante esta clase de equipos los partidos no se acaban hasta que el árbitro esté en el vestuario. Y Águilas olvidó por completo ello. Un descuido dentro del área le permitió a Morelos asistir a Parra, que hizo de una noche normal una noche de ensueño, evitando que el equipo de sus amores caiga al abismo. Un empate que sabe más a derrota para ambos.