Deportivo Cali se crucifica en domingo de resurrección: las claves de la victoria de Águilas Doradas

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Una noche desastrosa vivió el Deportivo Cali en su casa, aunque sin público. La visita de Águilas Doradas fue un verdadero paseo de inicio a fin. El cuadro Azucarero vivió su cuarta derrota consecutiva en su estadio, complicó sus opciones de clasificación a cuadrangulares y se empieza a abrazar con el fantasma del descenso.

Festival de goles

Las emociones llegaron rápido y por montón. Lo primero fue un tiro de esquina en el que Víctor Moreno corrió al primer sector e impactó con un cabezazo letal para poner a ganar a Águilas Doradas al minuto 4. Ahí ya empezaron a quedar en evidencia las graves falencias del Deportivo Cali en defensa.

Parecía que el partido tenía futuro, pues el Azucarero lo empató cinco minutos después. Kelvin Osorio centró y Jaider Moreno alcanzó a estirar la pierna para darle dirección al arco. El tanto del Cali fue una ilusión de un partido prometedor, pues estaba por perder los papeles por completo.

Al 25′, Jesús Rivas llegó al área y sacó con un derechazo potente dirigido a un rincón. El portero Alejandro Rodríguez a penas pudo quedarse viendo cómo esa pelota volvía a poner a su equipo abajo.

Ya Águilas Doradas se había dado cuenta que la zaga del Azucarero es un desastre a la hora de repartir marcas en la pelota quieta. Un tiro libre fue la ocasión para que Jeison Quiñónes apareciera solo en el área chica y en dos contactos pusiera el 1-3 al 37′.

De Guatemala, a ‘Guatepeor’

Si el panorama no era lo bastante turbio para el Cali, Yéiler Góez encontró su gol prontamente tras la reanudación en la segunda parte. Disparó de media distancia apuntando al palo y el sonido metálico antecedió el de la red al 49. Para completar la desgracia, el Deportivo Cali se estaba llenando de tarjetas amarillas en medio de su desespero por el baile del que estaba siendo víctima.

Andrey Estupiñán, que había entrado para el complemento, estuvo celebrando lo que era el descuento, pero el VAR advirtió del fuera de juego y todo se invalidó. Ni siquiera una pizca de ilusión le llegaba a un equipo tan disminuido.

Ya para qué

Para completar la desgracia, Javier Reina, que era uno de los pocos que no había sido amonestado, vio la roja directa por una entrada criminal desde atrás sobre Agustín Vuletich al 73′. Por fortuna, el estadio estaba sancionado en su totalidad y no había público que lamentara tal espectáculo bochornoso.

La mala fortuna tocó a Quiñones en Águilas Doradas. Jonathan Marulanda llegaba a cabecear arrastrándose. El defensor de la visita, que había perdido la pelota de vista, tenía el brazo un tanto abierto y, luego de revisión del VAR, el árbitro Alexánder Ospina decretó penalti. Fue la revancha de Estupiñán, que ejecutó con sutileza al 85′.

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