Efraín Juárez y un plan “casi” perfecto en la final de ida ante Tolima

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Efraín Juárez
Efraín Juárez, DT de Nacional (Vizzor Image)

El primer sorbo de la gran final, sin duda, dejó mucho por analizar. Deportes Tolima y Atlético Nacional dividieron honores en el Estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué. Los ‘Pijaos’ no pudieron traducir su localía y superioridad numérica para la ventaja inicial frente a su gente, aunque tienen buenos registros fuera de casa en citas cumbre.

En cuanto a Atlético Nacional, podría decirse que hizo su negocio. El ‘Verdolaga’, sin sufrir en el primer tiempo, tuvo que padecer serios problemas para el complemento y hasta pudo irse con derrota a casa, de no ser por David Ospina en un par de atajadas. A pesar de todo, el plan propuesto por Efraín Juárez llamó la atención y hasta desató ciertos elogios.

Juárez venía de comandar al elenco paisa en la gran final de la Copa BetPlay, donde salió campeón tras ajusticiar a América de Cali en el marcador acumulado. Todos pensaban que se vería algo similar, pero en realidad la metodología cambió un poco en cuestiones nominales. ¿Fue por el cansancio? Pues con todo y eso, estuvo cerca de ser un plan muy redondo para el mexicano.

Pateó el tablero con sorpresas en la nómina

Todos esperaban la nómina cantada de los últimos juegos, salvo Marino Hinestroza por sanción. De repente, se dio el lujo de dejar a varios referentes en el banquillo de alternantes. Era una suplencia de lujo, conformada por Edwin Cardona, Alfredo Morelos y Andrés Sarmiento, frecuentes inicialistas en la pizarra de Juárez.

“No hay titulares y suplentes”, decía en muchas ruedas de prensa el timonel de Nacional. Así lo demostró, alineando a jugadores como Kevin Viveros, Juan Manuel Zapata y Pablo Ceppelini. Para regocijo del ‘Verdolaga’, las tres sorpresas firmaron una gran actuación dentro de la idea de juego.

Equipo corto y defensivo

El plan inicial era no desaforarse en ataque. El Murillo Toro de la capital tolimense era una verdadera caldera, por lo que Juárez instó a la paciencia y ataques veloces al tener la pelota. No era necesario matarse con el balón, por lo que se vio un equipo muy pragmático y bien replegado, el cual no cedió mucho espacio a los intentos ofensivos de la localía.

Durante el primer tiempo, con gran complicidad de Nacional, se vio a un Tolima que lateralizaba muchos pases y sin mucha progresión. Yeison Guzmán, creativo y gran figura del ‘Pijao’, estaba nublado frente a la densa y férrea zona de volantes.

Y de repente, el gol de Nacional para Dairon Asprilla se dio al aprovechar un craso error de Marlon Torres, pues Kevin Viveros le ganó la espalda y se encarriló a disparar. El extremo anotador sacó provecho a la atajada de William Cuesta, dejando un rebote servido.

La expulsión a Sebastián Guzmán desestabilizó el plan

Con el segundo tiempo en ventaja para Nacional, un resbalón de Sebastián Guzmán le costó muy caro al ‘Verdolaga’. Se llevó por delante la pierna de un jugador rival, por lo que recibió la doble tarjeta amarilla y se marchó a las duchas. Después llegó el caos.

Tolima se empoderó del juego, acorralando a Nacional, y hasta en ese “mini partido” cosechó Gustavo Adrián Ramírez la igualdad del ‘Pijao’, con vida y en tablas para definir todo en el juego de vuelta. Será una final apasionante el domingo 22 de diciembre, en el Estadio Atanasio Girardot, donde se definirá el segundo cupo a Copa Libertadores en fase de grupos, representando a Colombia.

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