El Junior de César Farías sigue en contravía

• César Farías, conforme con el empate en Montería
• Jaguares regala dos puntos ante un pobrísimo Junior
• Junior pide los puntos tras los desmanes en el Atanasio

La cuestión pasa mucho más allá del resultado. Y es que diera la impresión que la cura se ha convertido en una enfermedad. El arribo de César Farías a la dirección técnica de Junior tenía un solo objetivo: calmar las aguas. Pero tal parece que la tormenta tropical ha pasado a ser un huracán de categoría 5. Cuatro partidos ha dirigido el venezolano, y de momento, el Tiburón en ninguno se ha ido adelante en el marcador. Panorama muy complejo.

Espera el aficionado que en el año de centenario lo único que brote sea la felicidad. Pero en Junior todo es la inversa. Arrugas, canas, estrés… y queda la sensación que aún no ha caído el mazazo del todo. Ante Jaguares, el último ejemplo. Una plantilla seca de emociones, sin sed de revancha, sin alma. El famoso ‘a lo que salga’ le terminó jugando a favor, pero no siempre la suerte cae del cielo, en muchas ocasiones hay que buscarla con buena actitud.

Pero, lo dicho. Este Junior de Farías continúa en contravía. Y la próxima cita será determinante para conocer el futuro de este precoz proyecto. Una pronta eliminación en los octavos de final de la Copa Colombia sería una cruz pesada a cargar para el estratega venezolano. No obstante, en Junior poco o nada saben de ciclos largos, y si toca abortar la misión, la directiva lo hará con completa determinación.

“Si me tengo que ir…”

No le tiembla el pulso al momento de hablar del futuro. Farías vive el presente y reconoce que, si toca dar un paso al costado, lo hará. Sin titubeos. Sin rodeos. Y así de claro lo dejó saber al término del amargo empate ante Jaguares en Montería. “A mí desde chiquito me enseñaron a luchar. Eso lo llevé a mi carrera y todo lo que hago en la vida. Les dije a los jugadores que no me importa si me tengo que ir, pero que yo sienta que dejaron todo. Es difícil decir en la derrota lo que se hizo bien. Sé que mi personalidad me hace tener unas viudas que me pegan todos los días, pero no importa. Hay que meter una levantada y va a ser más fácil si estamos todos juntos”.

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