La cancha de El Campín, un dolor de cabeza para Millonarios y Santa Fe

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Lo mismo de siempre: el Estadio Nemesio Camacho El Campín vuelve a ser motivo de discordia. El concierto que está programado para el domingo ha obligado a reprogramar el partido entre Santa Fe y Millonarios, correspondiente a la segunda jornada de los cuadrangulares de la Liga BetPlay Dimayor 2024-II.

En su comunicado y explicando la situación, Dimayor argumentó que hubo un incumplimiento de última hora por parte de los organizadores del espectáculo: “A partir del sorteo, cuando se conoció el fixture de los Cuadrangulares Semifinales, la DIMAYOR sostuvo constantes reuniones con Sencia y los promotores del concierto para garantizar la no afectación del calendario de competición, con este partido en específico. Desde un principio la organización del concierto de Iron Maiden manifestó su capacidad y voluntad de desmontar parcialmente la estructura para el mismo lunes 25 de noviembre, sin embargo, el día de ayer se recibió comunicación por parte de la Comisión Distrital para la Seguridad, Comodidad y Convivencia de Bogotá -CDSCCB-, relativa a la imposibilidad de garantizar la seguridad para el encuentro (sic)”.

Aunque pueda tener razón en sus argumentos, es preciso tener en cuenta también que Dimayor cometió un grave error al diseñar dos torneos con cuadrangulares en un año donde tres de las ciudades principales iban a ser sede del Mundial Femenino Sub 20. Además, el concierto tenía esa fecha asignada desde hace cerca de un año.

Más allá de las incomodidades de mover la programación un día, ahora las preocupaciones se han traslado directamente a los equipos. Bogotá está en medio de una temporada de lluvias que, naturalmente, pone blando el terreno de juego. Los antecedentes con los conciertos en El Campín no son alentadores y, aunque se firmen cláusulas para cuidar la grama, la realidad es que los organizadores casi siempre entregan el césped en pésimo estado.

Álvaro Montero, portero de Millonarios, ya apuntó al temor que hay para el partido del martes en entrevista con El Vbar de Caracol Radio: “Con este montón de agua, concierto y demás, espero que esté bueno. El partido pasado estaba durísimo jugar así, muy complicado“.

Sumando a los argumentos de los defensores del fútbol como prioritario en estos casos, también hay que mencionar el hecho histórico. Si bien el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) y la Alcaldía de Bogotá tienen potestad para las decisiones sobre el escenario, no hay que olvidar que la familia de Nemesio Camacho cedió los terrenos para la contrucción del estadio con el fin de tener un espacio para la práctica del fútbol.

De otra parte, sería medianamente entendible seguir haciendo conciertos en el Estadio El Campín si Bogotá no tuviera más escenarios aptos. Es cierto que otros espacios generan inconvenientes para recibir tanto público o las vías de acceso, pero el Parque Simón Bolívar ya ha hecho gala al ser la casa de espectáculos de primerísimo nivel, satisfaciendo las necesidades de promotores y asistentes. No queda otro camino que pensar en un capricho de los organizadores y en la insensatez del arrendatario.

Y algunas opiniones que apuntan a que los equipos deberían construir sus propios estadios para librarse del problema de una vez por todas tampoco caben. El Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que de orden no tiene nada, complica gravemente los permisos para este tipo de obras. Muestra de ello es que Millonarios lleva un año en los trámites de las licencias para su sede deportiva en el norte de la ciudad y todavía no tiene los avales.

Además, hay algo que los ponentes de dichas ideas no se preguntan: teniendo el negocio de arrendar el estadio, ¿la administración de la ciudad permitiría que se les acabe el negocio otorgando licencias de construcción privadas? El único camino que quedaría para ello sería conseguir un predio en un municipio aledaño, lo cual, inevitablemente, alejaría a buena parte de las hinchadas.

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