Lucas González: “Al final del 2023 tuve una oportunidad de dirigir a un grande del continente pero me quedé en América”
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Es cierto que la profesión de entrenador es una de las más ingratas que hay en el deporte. Ante cualquier parpadeo o mala decisión que se tome dentro del campo, comenzarán a sonar muchos nombres para su reemplazo. Un día está listo todo el plan del año y al día siguiente los directivos del equipo prefieren ponerle fin y arrancar desde cero con uno nuevo. Así le pasó a Lucas González en 2024. Con todo listo para arrancar, la nueva Presidenta del América finalizó su contrato para ir por otro adiestrador, hoy: César Farías.
Lucas González habló con Claro Sports Colombia después de su salida del América de Cali. Contó cómo se dio, habló de sus números durante 2023 y qué planes tiene para el futuro. Por ahora… dedica su tiempo para estudiar, prepararse y jugar tenis. Suena en todo lado, pero no hay nada concreto.
¿En qué anda ahora, cómo reparte el ‘tiempo libre’?
“Cuando te separas de la responsabilidad de dirigir un equipo de fútbol, tienes tiempo para invertir en ti mismo y en el desarrollo de tu profesión. Entonces, lo primero que hago es estudiar; más que cuando estoy dirigiendo. Busco a mis dos mentores que han guiado en todo mi proceso (Paco Seirul-lo en España y Raymond Verheijen en Países Bajos) para revisar lo que se ha hecho, me actualizo y evaluamos. Un día mío es normal: me levanto muy temprano, dejó a mi niña en el colegio, entreno un poco, hago ejercicio y juego tenis. El resto del día lo uso para estudiar y ver fútbol. Me actualizo con libros y cursos que tenía pendientes. Nunca paro”.
Mantenerse activo sin estar en un equipo…
“La verdad, sí. Muchas veces me preguntan que cuál es la diferencia que tengo con los otros entrenadores siendo tan joven. Yo tengo una obsesión por aprender, obsesivo como ningún otro. Esto no puede hacerse cuando estás dirigiendo porque tienes que estar pendiente de la evaluación del partido que pasó y de todo lo que se viene. Eso me consume gran parte del tiempo. Todos tenemos familia y vida personal. Ahora sólo me dedico a estudiar y a recuperar el tiempo. Así ha sido toda la vida. sólo que paré el año pasado porque estaba dirigiendo a Águilas y América”.
¿Lo llamaron ya de algún equipo?
“Más que nada son rumores. Cuando hay un entrenador que está mal y empieza a tener malos resultados es que crecen estos rumores. Es lo que hay y hay que enfrentarlos. Hubo un acercamiento de un club, pero la intención nuestra es dirigir cuando haya un proyecto firme con pies, con ganas de estructurar algo a largo plazo en la medida de lo posible”.
Bueno… ¿Qué pasó realmente con América?
“Es misma sensación la tuve yo el 28 de diciembre cuando publican un comunicado anunciando la salida del presidente Mauricio Romero. Esa mañana yo había hablado con él sobre los fichajes que estábamos haciendo. Una vez sale el Presidente, sale el gerente, personas de la secretaria técnica, la directora de mercadeo y hasta la señora del aseo. Desde ese momento ya estaba esperando que fuera mi turno. Cuando llega un nuevo presidente, él intenta trabajar con su gente y el núcleo con el que confía. En nuestro caso, la Presidenta no es ajena, es la hija del dueño. Por ende, la dueña del equipo. Yo sabía que en cualquier momento ella tomaría esa decisión. Fue algo que entendimos. Algo perfectamente natural”.
No deja de ser raro cuando estaba todo listo para el debut…
“Sí, nosotros teníamos toda la ilusión. Llevamos 52 partidos en Liga, más dos de Copa y uno de Sudamericana. En esos dos casos nosotros recibimos un equipo que ya estaba montado. No había posibilidad de intervenir la nómina. Con América no pasó lo mismo. Salvo que trajimos a Edwin Cardona, con Alexis Henríquez hablamos con él directamente para convencerlo. Logramos que en nuestro primer año como entrenadores hiciéramos 81 puntos y un cupo a torneo internacional. Eso tiene mucho valor porque nosotros no hicimos estos equipos. Recibimos unos jugadores que conocíamos e intentamos que ellos comprendieran una idea de juego que intentara salir a ganar donde jugara. En ese momento, por primera vez, habíamos armando el equipo nosotros. Necesitábamos extremos con regates, centrales que ganaran los duelos defensivos. Así estructuramos la nómina. Cuando todo se acaba nos queda un sin sabor. Ahora… Marcela (Gómez) asume como presidenta y yo sabía que mi salida se iba a dar; a más tardar a final de semestre o cuando las cosas no salieran bien”.
- Estas tablas indican el rendimiento de Lucas González con América y Águilas Doradas en su primer año en Primera División.
¿Por qué en Colombia no se le apuesta a los procesos?… por ejemplo el Athletic Bilbao, tiene sus armas y muere con ellas y no se afanan por los títulos
“La respuesta es muy simple. Ellos andan todos para el mismo lado, paras a cualquier persona del club y todos van por el mismo camino. Acá no pasa lo mismo. La visión de muchos clubes no está 100% clara. Teniendo en cuenta eso de los procesos, a mí en los cuadrangulares de diciembre me vino a buscar un grande de Sudamérica. Grande en historia reciente y grande en infraestructura. Un club como el Athletic de Bilbao. Un equipo que tiene una intención única de ganar la Libertadores y sacar jugadores de la cantera. Yo les dije que mientras que estuviéramos en competencia no podía responderles porque tenía contrato hasta diciembre del 2024 con América. Finalmente tuvimos la charla, evaluamos con mi equipo y yo sentía que era muy difícil para mí abandonar al América. Hablando con Tulio Gómez, en repetidas oportunidades, él me decía que quería hacer un proyecto como el Alberto Gamero o como el de Marcelo Gallardo. Bajo eso, yo tome la decisión y quería quedarme para ganar cosas en Colombia y no por fuera. Fue algo que me tracé cuando viví fuera del país por tantos años. Las circunstancias cambian, entra su hija a dirigir el proyecto y la visión cambia. Eso jamás va a pasar por Bilbao, por Madrid, en el Ajax… ellos tienen una visión muy clara y no cambio semestre a semestre. Ellos saben que conseguir algo grande tome su tiempo. Es una de las grandes deficiencias que hay en nuestro torneo”.
¿Vio el partido de América contra Nacional?
“Sí, claro. Los veo por ver a los chicos. Ellos son lo más sagrado que tiene el fútbol y yo cree una relación muy linda con ellos. En el caso de América quería ver cómo le iba a los refuerzos que pedimos. Por ejemplo: fue muy bonito ver a Ever Valencia marcar, que Adrián haya vuelto al gol, que Rodrigo (Holgado) haya hecho un tanto tan difícil como el que hizo… Siempre estamos viendo. También me llama la atención los cambios que puedan llegar a tener un equipo que dirigiste“.
Una de las versiones de su salida fue que el grupo se le rompió…
“La gente dice lo que quiere. Opinar es gratis. Para muchos, en el periodismo, dicen cualquier barbaridad y se escudan en la protección de la fuente. Mi mamá me decía: “El amor son obras”. La vida diaria es así, los chicos salieron a exponerse y respaldarnos cuando llevábamos apenas un mes en el equipo. La relación con muchos de ellos es y fue muy cercana”.
¿Qué decirle a Jaime De La Pava en este momento?
“No conozco la situación actual que vive el profesor De La Pava en este momento. Nosotros vivimos una situación similar a mitad de año. A la fecha cinco llegamos con cinco puntos. Más una eliminación contra Atlético Nacional; además de algunos matices que nos vinculaban como hinchas de ese equipo por nuestro pasado. De la situación salimos gracias a los resultados. El entrenador siempre está expuesto a los resultados. La crítica, muchas veces, se va a nivel personal. Es simplemente lo que hay y lastimosamente, hay que saber vivir con eso”.
Lo vincularon con las selecciones juveniles… ¿cómo lo ve?
“Yo siempre he soñado con representar a mi país y llegar algún día a la Selección. Me preparé bastante para eso y con la ilusión -algún día- de dirigirla. Que nuestro nombre suene y por lo que hicimos en Águilas Doradas, en América y las divisiones menores de Atlético Nacional. Representar a mi país, será algo muy lindo para mí. La parte amarga es que para que suene tu nombre es porque le está yendo mal a un colega”.