Millonarios noquea a La Equidad por la vía rápida: las claves del triunfo del ‘Embajador’
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Un tiempo bastó. Millonarios está de regreso en zona de clasificación. Este domingo, en Techo, el equipo de Alberto Gamero necesitó de los primeros 45 minutos para sepultar a La Equidad que, si bien venía con una ‘empatitis’ a bordo, ante el embajador tuvo que morder el polvo. Eficacia y contundencia. El cuadro azul sabe que a partir de ahora no se puede perdonar a ningún rival, y ante los dirigidos por Alexis García lo ratificaron.
Había una cuenta pendiente. Muy, para ser más exactos. Y es que Millonarios no sabía lo que era derrotar a La Equidad como local desde hace rato. De hecho, el último tropezón del elenco asegurador en Techo -ante Millos- había sido el 23 de febrero de 2019. Es decir, antes de pandemia. Y pues sí, La Equidad era un ‘virus’ para los azules, hasta que Leo Castro y Jhon Córdoba decidieron cambiar la historia.
Si de por sí pestañear en el fútbol es un pecado, hacerlo ante un grande es pecado mortal. Pero llama más la atención que le suceda a un club bajo las órdenes de Alexis García. Pero esto es fútbol. Y el error hace parte del juego. El que sí no titubeó fue Leo Castro pasado el primer cuarto de partido. Sin marca alguna, Cataño levantó el esférico desde el balcón derecho y el nacido en El Tambo, Cauca, no perdonó dentro del área. 0-1 y locura en las tribunas.
Pero Millonarios puso el pie en el acelerador y no lo volvió a quitar hasta llegar al descanso. Avisó Jader Valencia y detuvo Ortega, y a la siguiente el que probó -y tuvo eficacia- fue Jhon Emerson Córdoba, que con un remate cruzado desataba nuevamente la alegría en las gradas. Un disparo violento al que nada le pudo hacer el golero uruguayo.
Asustó La Equidad y nada más…
El complemento se inició de la manera soñada para cualquier espectador neutral. Y es que a los cuatro minutos, tras un tiro de esquina, Martín Payares acercaba a los locales al empate. Un tanto que sacó de casillas a Alberto Gamero, puesto que hacía minutos atrás no veía alguna fisura en su zaga defensiva. Pero, lo dicho, el error hace parte del juego, y cualquiera puede morder el anzuelo. Sobre el final, los de casa dejaron espacios atrás y el que bajó el telón fue Daniel Ruiz con una definición estelar.
A Millonarios le sonríe el calendario
No sólo es un parte de tranquilidad volver al grupo de los ocho. Estos tres puntos, más que el envión anímico, permiten nuevamente al aficionado azul a ilusionarse con clasificar a los cuadrangulares semifinales. Al menos, las próximas salidas del embajador serán ante rivales con un fútbol muy pálido: Jaguares, Envigado y Deportivo Cali (visitante). Nueve puntos que, en caso de hacerlos perfectos, serán un bálsamo para el alma.