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Tras una fase semifinal desastrosa, América de Cali llegaba a esta quinta jornada sin ninguna opción matemática. Para Millonarios no había mañana. La goleada de Independiente Medellín a Atlético Nacional a primer turno obligaba al Embajador a sacar al menos un empate para mantener la expectativa viva hasta la última fecha de los cuadrangulares.
A pesar de haber cedido el liderato en la visita al DIM, Alberto Gamero volvió a jugar con fuego. Se decidió nuevamente por tener a Óscar Vanegas como inicialista y mantuvo en el banco a Jorge Arias. La floja asistencia al Pascual Guerrero estuvo acompañada de no dar ingreso al público a las zonas de tribuna más cercanas al campo y así evitar los incidentes de mal comportamiento que vienen tomando fuerza durante los últimos días.
Llanto de frustración
Una novedad del Embajador fue que Sánder Navarro reapareció en la alineación titular. Las lesiones lo habían mantenido alejado de la competencia y, por lo que se vio, no quedó bien recuperado. Muy temprano estaba lanzó un centro y sintió una molestia en el posterior de su pierna izquierda.
A pesar de la complicación, quiso intentar de nuevo en vano. En ambas oportunidades, el llanto se hizo presente por la frustración de no poder contribuir al objetivo en un momento tan trascendental. Jorge Soto y Edwin Cardona se solidarizaron el juvenil e intentaron consolarlo sin mucho éxito. Daniel Giraldo tuvo que llegar desde el banquillo para entrar en su posición natural y que Stiven Vega se ocupara del lateral derecho.
Darse a palos
Los primeros minutos fueron muy vertiginosos y emocionantes. Edwin Velasco fue el primero en exigir a Álvaro Montero con un cabezazo que estuvo muy cerca de colarse entre las redes. El mismo defensor americano estrelló una pelota en un palo con un zurdazo fortísimo. Precaución para él, porque fue el único amonestado de la primera mitad.
En esas intenciones, Millonarios no se quedó atrás. Supo cómo salir en la transición para ubicar los espacios. Daniel Cataño y Leonardo Castro se juntaron bien para que este último también pusiera a sonar el metal. La media distancia fue el recurso con el que Daniel Ruiz puso a prueba los reflejos de Soto. Era un partido abierto, pero que se fue sin goles al descanso.
Un pacto con la mala suerte
El entretenimiento continuó para el complemento, pero con el favor adicional de los goles. Un tiro libre a favor de Millonarios desencadenó una salida a toda velocidad del cuadro Escarlata. Adrián Ramos sacó un disparo que parecía de fácil control para un portero de la categoría de Montero, pero un desvío de Vanegas le complicó todo y América se puso a ganar en el minuto 50.
El gol se celebró en el Pascual, pero se gritó con más fuerza en Medellín. El embajador tenía que salir a buscar lo suyo. La presión alta de Leonardo Castro tomó por sorpresa a Luis Paz para una recuperación en el área que también hizo salir a Soto. El delantero definió por encima y el larguero evitó lo que iba a ser el pronto empate. Mucho se ha criticado que Millonarios desperdicia bastantes ocasiones y debe mejorar la finalización, pero, cuando la suerte no acompaña, no hay mucho qué hacer.
Beckham Castro y Luis Paredes entraron como propuesta ofensiva para buscar el empate, pero la poca precisión a la hora de rematar fue la constante. El cuadro bogotano se llenó de angustia y empezó a jugar a la desesperada con pelotazos intrascendentes que América pudo solucionar sin mucha premura.
La relación de cuñados que hay entre Tulio Gómez y Raúl Giraldo, dueños de América y Medellín, permite un titular más vistoso. Lo cierto es que Millonarios no hizo la tarea y cedió ventajas desde las alineaciones titulares de los dos recientes partidos para quedarse sin opciones de manera anticipada. El Poderoso es el primer clasificado a la final de la Liga BetPlay Dimayor 2023-II.