- Néstor Lorenzo confirma convocatoria para duelos amistosos ante Venezuela y México
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Representar a la selección de su país es un sueño para cualquier futbolista. Los cupos limitados y la gran cantidad de jugadores en ligas de más nivel hacen que el tema en Colombia sea mucho más complicado. El fútbol le debía esa oportunidad a David Mackalister Silva tras varios años de gran rendimiento y ha sido llamado por Néstor Lorenzo para realizar el gran anhelo.
El capitán de Millonarios se está acercando a una década de militancia en el club del cual es hincha y ha resultado clave para conseguir dos títulos de Liga, una Copa y una Superliga. Todavía no se dimensiona la figura que quedará para la historia del cuadro albiazul y su aporte de liderazgo dentro de la nueva visión de una institución que se ha puesto a tono con la realidad del fútbol colombiano para enfocar su proyecto deportivo a la formación de nuevos talentos.
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Se podría que el deporte fue injusto con el bogotano. Y no es que sea culpa de Néstor Lorenzo o de los anteriores proyectos en la Selección Colombia, pues figuras muy representativas han coincidido en su misma época. Está claro que en tiempos muy recientes el nivel de Mackalister Silva estaba muy por encima del de alguien como James Rodríguez, pero el peso del mercadeo y dentro de la plantilla hizo inclinar a los directores técnicos por lo menos meritorio.
Los partidos amistosos frente a Venezuela y México se presentan entonces como la ocasión para cumplir el sueño de un comprometido como pocos con su profesión. Es un premio al mérito, pero, conociendo a Silva, esto va más allá. Si tiene la oportunidad de jugar, seguramente se lo tomará como si fuera una final. Él mismo debe saber que va a ser complicado que lo convoquen para compromisos oficiales, pero quién sabe. Si llegan a coincidir varias bajas en un momento determinado, este llamado puede ser la oportunidad de oro para enseñarle a Lorenzo que tiene otro soldado dispuesto a aportar buenas cosas para el rentado nacional en un momento determinado.
Próximo a cumplir 37 años, Mackalister sigue cumpliendo sueños y no deja de ser un ejemplo para todo el gremio de futbolistas. El peso de una figura así en cualquier equipo resulta casi fundamental para mantener la armonía entre los hombres de experiencia y los más jóvenes. La inteligencia que tiene para repartir la pelota y ordenar a la orquesta dentro del terreno juego lo hacen un ícono. Estampa de futuro director técnico tiene y ahora sumará un nuevo relato a su libro de vivencias. Más que merecido y justo para un laborioso y él mismo lo ha dicho: “Esta parte de mi vida se llama felicidad”.