Juanfer Quintero y Marino Hinestroza le ‘meten’ presión a Néstor Lorenzo

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Néstor Lorenzo, DT de la selección colombiana.

El fútbol es sencillo, pero hay entrenadores que en ocasiones lo hacen ver complicado. La más reciente doble fecha FIFA de los clasificatorios al Mundial 2026 no dejó buenas sensaciones en la ‘pandilla’ de Néstor Lorenzo. La derrota ante Brasil y el empate ante Paraguay (de 2-0 a 2-2) puso en la cuerda floja al estratega argentino, sobre todo, por la toma de decisiones. Pero, el pasado es pasado, y de nada vale llorar sobre la leche derramada. Eso sí, tropezar con la misma piedra es porque se requiere de una autocrítica, y poco se ve en el DT.

Puede que alguno piense que sea una campaña o una publicidad, pero el ruido que ha generado la ausencia de la dupla Juanfer-Marino parece no tener punto final. Mucho más después de la actuación de cada uno en la Copa Sudamericana y Libertadores con América y Atlético Nacional, respectivamente. Mientras el ‘10’ tocó el saxofón en Montevideo, e inclusive se reportó con una asistencia, el ‘bad boy’ se comió por completo a Nacional de Uruguay, firmando un tanto y dos asistencias. Chapó para ambos… Y Lorenzo, en el ojo del huracán.

Hay que ser astuto hasta para equivocarse. Al final, errar es de humanos. Pero también hay que saber elegir el momento de caer. Y en Colombia esperan que Lorenzo decida de una vez por todas patear el tablero. Algo que es inusual en el entrenador, pero que cuando el camino te empieza a mostrar señales lo primero que debes hacer es evitar alguna grieta, y tal parece que el argentino aún no ha aprendido la lección.

Ningún futbolista te puede garantizar el éxito. Pero las famosas y eternas pequeñas sociedades sí que pueden destrabar un nudo. Y eso fue lo que le hizo falta a la tricolor en esta doble jornada de Eliminatoria. Un poco de chispa, también de rebeldía y de contundencia. Pero ni Juanfer ni Marino fueron vistos por el retrovisor. Ahora no es que la presencia de ambos sea un bálsamo para el alma, pero sí que pueden dar una mano en un camino que se ha llenado de piedras y espinas.

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