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1993: Los dinosaurios vuelven a la vida con Jurassick Park, aparece el primer microprocesador Pentium, Radiohead y Rage Against the Machine suenan en la radio como grupos de novedad, Carlos Salinas de Gortari va por su último año de saqueos como presidente de México y la gente empieza a sospechar algo raro sobre Michael Jackson. También fue el año en que la televisión vio por primera vez una de las mejores caricaturas de esa década y las décadas venideras: Animaniacs.
Y como los tiempos de Arceus son perfectos, daba la casualidad de que en las pantallas caseras, además de excelentes programas de televisión, el Super NES se había establecido como la consola líder por encima de su única competencia, el SEGA Genesis. Aún con las reseñas negativas, se trata de uno de los mejores juegos de plataformas de la consola, y una de las adaptaciones más meritorias ha videojuego que ha habido. Por eso, para la Retro-Spective de esta ocasión, haremos un repaso por la historia de Animaniacs.
Spielberg y Ruegger
Aunque para 1993 estaban por salir dos de las más grandes películas de Steven Spielberg (Jurassick Park y Schindler’s List), aún mantenía la fama conseguida con E.T. y Jaws, y la Warner sabía que el director podía hacer algo verdaderamente innovador si se le liberaba de las limitaciones del Live-Action: querían invitarlo a hacer una película animada.
Pero no todo es tan fácil como ser un estudio de gran reconocimiento y ofrecerle algo a un director que desea ser tomado en serio, y fuera de Disney, las películas animadas no eran consideradas las grandes piezas de arte que ahora sabemos que siempre han sido. Por ello había que tentarlo con un proyecto más pequeño, como un show de televisión.
Así, presentaron a Spielberg como productor a Tom Ruegger, el director de una medianamente caricatura: A Pup Named Scooby-Doo, parte de esa tendencia de crear una versión infantil de caricaturas populares. Y Ruegger llegó con una idea poco original pero como mucho potencial: versiones más jóvenes de los Looney Tunes. Eventualmente, Spielberg logró llevar la idea para convertirla en otro gran éxito de esa década: Tiny Toons.
Como la caricatura funcionó también, ahora Spielberg y Jean MaCurdy, la cabeza de Animación en la WB, presionaron a Ruegger para traer una nueva idea. Y como a Ruegger ya se le habían acabado las caricaturas que convertir en niños, tuvo que inventar algo nuevo. Entonces recordó a un trío de personajes que había creado para una animación en sus años de estudiante.
Yakko, Wakko y Dot
La animación de los tres personajes estaban basados en los traviesos hijos de Ruegger, y protagonizaron la película The Premiere of Platypus Duck: se trataba de tres ornitorrincos con suficiente personalidad como para entrar al proyecto, ahora sólo hacía falta justificar su relación con la productora.
Caminando por los estudios, vio el icónico tanque de agua que decora el lugar y se le ocurrió hacer caso a lo obvio: Warner Brothers… los hermanos Warner. Así que los personajes podían ser hermanos. Y quizá (sólo quizá) movido por el hecho de que ya existían tres hermanos con pico (Hugo, Paco y Luis) pensó que lo ideal sería que uno de ellos fuera hermana. El nombre de ella surgió de lo que se encontraba al final del logotipo: un punto (en inglés, “Dot”).
Dentro de la lluvia de ideas, se les ocurrió que Yakko, Wakko y Dot podrían ser caricaturas que surgieron en la década de 1930, pero que sus historias eran tan irreverentes y escandalosas que la Warner los canceló y encerró en el tanque de agua. Para dar esta idea, los personajes fueron rediseñados para verse como las caricaturas de los años 30: blanco y negro, guantes en las manos, ojos de punto… y cambiaron los ornitorrincos por perritos.
Pinky y Cerebro
Como suele ocurrir en la industria del entretenimiento, si un producto tiene buen despegue, hay que sacar la mayor cantidad de productos posible. Y en cosa de un año ya se anunciaba que los dos sistemas de juego caseros favoritos hospedarían la adaptación a videojuego de la serie, y en comparación a otros juegos que también tomaron ambos bandos en la guerra de consolas, Animaniacs para SEGA Genesis tiene muchas diferencias en relación al Animaniacs de Super NES, y la principal de ellas es la historia.
En el SEGA, tenías la misión de recolectar distintos objetos de colección a través de los sets en los estudios WB, todo para abrir un museo sobre la cultura pop para ayudar a que los hermanos Warner se volvieran más cercanos a sus estrellas de cine favoritas. Pero una vez reunidos los objetos, Pinky y Cerebro los robaban para utilizarlos en su plan de dominación mundial.
Mientras que en el SNES, el mismo plan de dominación mundial entraba al principio del juego, con Cerebro robando el guión de la próxima película de la Warner (no sabemos cómo, el genio es Cerebro). Así que el CEO del estudio le pide a los hermanos que recuperen las 24 páginas del guión, que se encuentra desperdigado por los estudios. Hay varios finales alternativos, los cuales dependen de cuántas páginas del libreto conseguiste al final.
El Gameplay
No queremos tomar partido, pero tan sólo con esta descripción es evidente que la versión de SNES estuvo mucho mejor elaborada que la de SEGA Genesis y sólo salieron con un mes de diferencia. En este período, se comenzó a experimentar con un sentido de “profundidad” en los juegos de plataformas: aún había que avanzar de izquierda a derecha, pero en este avance podías moverte “al fondo” y “al frente” del escenario.
Y como en cualquier adaptación, uno esperaría que la historia y los personajes fueran fieles al material original. ¿Pero cómo adaptas una caricatura sin historia, basada en sketches sueltos que dependen del carácter de cada personaje? Pues con todo y eso, es una de las adaptaciones más fieles que encontrarás de caricatura a videojuego.
Yakko, Wakko y Dot pueden utilizarse individualmente o juntos para alcanzar grandes alturas (si los tres están activos), puedes cambiar entre ellos en cualquier momento del juego, el guardia de seguridad (Ralph) aparece en todos los escenarios para atrapar a los personajes, por lo que tendrás que huir de él o rescatar a tus hermanos capturados.
Pero lo mejor, lo que te hace recordar cada parte del juego, justo como de la caricatura, son las parodias. Como los niveles son los mismos sets de grabación de la WB, no escatimaron en aprovechar licencias: E.T., Terminator, Indiana Jones, Alien… la diversión que obtienes de los niveles ayudó a equilibrar las críticas negativas que en su momento se llevó el juego por lo limitado de su música, lo básico (pero fiel) de la animación y la falta de voces.
Es lamentable que juegos como éste no hayan llegado a ningún tipo de tienda virtual. En la actualidad, los únicos que aún pueden disfrutar de él son los afortunados que poseen un cartucho y una de las mejores consolas que han existido. Como muchas cosas de los años 90, viven en nuestro recuerdo, pero a veces quisiéramos que vivieran también en nuestras repisas.