¿Cuál será el rol de las inteligencias artificiales en el futuro del gaming?

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Drexel University

En Yo, Robot, el personaje de Will Smith interroga a Soni, una máquina y, en un arranque de odio, le dice que es incapaz de sentir. Lo cuestiona sobre si puede pintar una obra maestra o componer una sinfonía. El detective espera marcar una distinción entre el hombre y la máquina, pero Soni destruye su argumento con una simple pregunta: ¿usted sí? 

2023 ha sido el año de las inteligencias artificiales, pero como toda nueva pieza de tecnología, llegó con miedos y protestas. Y es que, anteriormente, las máquinas reemplazaban únicamente trabajos manuales, como en las líneas de producción y las fábricas. Ahora, las máquinas se metieron con algo que se creía sagrado e intocable, el trabajo artístico. Ilustraciones en cualquier estilo que uno pudiera imaginar con tan sólo ingresar en texto qué se quiere y cualquier texto en cualquier formato y de cualquier género, sólo con mostrar unos ejemplos. Y los videojuegos tampoco quedaron exentos de la polémica. 

Grandes estudios y empresas de tecnología de la talla de Ubisoft, Nvidia y Blizzard han presentado su plan para seguir incorporando herramientas de inteligencia artificial a cada vez más ámbitos de la producción de videojuegos. Tanto para facilitar trabajar como la creación de arte conceptual, hasta para escribir los diálogos, apariencia y comportamiento de los NPC.  

Esto encendió todas las alarmas en los trabajadores de la industria del gaming, ya que significaría poner en riesgo cientos, si no es que miles de trabajos que, de por sí, no son los mejores pagados. Docenas de artistas digitales y hasta escritores podrían verse rebasados por el rápido progreso de la tecnología. 

Pero fuera de los riesgos de seguir la doctrina de la automatización, lo que deberíamos preguntarnos realmente es ¿eso nos dará mejores juegos? ¿Que la IA se encargue de trabajos artísticos resultará en mejores historias, en mejores gráficos y mejores experiencias? No necesariamente. Las Inteligencias Artificiales carecen de creatividad pura, es decir, no pueden crear de forma espontánea, sino que necesitan -al menos por ahora- de una base, para crear algo derivado. Y lo cierto es que, hasta el momento, ninguna Inteligencia Artificial es capaz de crear nuevas mecánicas o modos de juego distintos y su participación en el gaming se limita a lo meramente visual.  

¿Para qué queremos IA en los videojuegos entonces? Para reducir costos, automatizar procesos y reducir el crunch laboral, uno de los mayores problemas en la industria. Darles más procesos a las computadoras hará que los estudios dediquen menos recursos a tareas que consumen tiempo y dinero, por lo que los humanos que sí estén detrás de la computadora, en teoría, tendrían un trabajo más sencillo para terminar a tiempo.  

Claro que, como siempre, dependerá de los estudios no abusar y utilizar las IAs solamente para maximizar sus ganancias en detrimento de sus trabajadores y, sobre todo, de la experiencia del usuario final, o sea, tú y yo.