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3 de diciembre de 1994, uno de los días más luminosos para el gaming. El mercado de los videojuegos tiene una nueva consola en su catálogo; no es la primera en competir dignamente contra la Casa de Mario, pero sí es la que pondrá a temblar sus números.
La gran compañía de videojuegos había conseguido sobresalir después de una lucha a brazo partido entre su Super NES y el Sega Genesis de la competencia. Pero ahora Sony ha cambiado las reglas de los videojuegos para siempre: el PlayStation ha salido al mercado y es por mucho muy superior a lo que Nintendo tiene frente a él.
Sin embargo, no todo está perdido: desde un año antes, en completa secrecía, en sus oficinas se había puesto en marcha el desarrollo de la consola que tomaría la estafeta cedida por el Super NES, aquella que exploraría con una nueva potencia gráfica. Aún no tenía nombre, pero dentro de Nintendo se le conocía como el Proyecto Realidad.
Onyx: La supercomputadora
No se puede hablar del desarrollo del Nintendo 64 sin mencionar a Silicon Graphics, Inc. (SGI), una compañía que para principios de los 90 ya estaba bien consolidada como un líder de los gráficos y las supercomutadoras. En esos días buscaba expandir su mercado y una opción obvia eran los videojuegos.
SGI había desarrollado un CPU que requería sólo una fracción de los recursos necesarios en la época: un consumo de energía de 0.5 watts (cuando lo normal era de 1.5 a 2 watts) y con un costo estimado de $40 USD (en una época en que el precio oscilaba los 80 y los 200 USD).
El fundador de SGI, Jim Clark, quiso ofrecer su producto a una gran compañía de videojuegos: Sega. Si ellos no la querían, Nintendo sería la siguiente opción. Aquí la historia cambia según te la cuenten:
De acuerdo con Sega, al principio no querían la computadora porque tenía varios problemas de diseño; pero según Nintendo, ellos fueron elegidos por SGI por ser mejores compañeros de negocios, pues Sega exigía exclusividad por los derechos de este chip, y Nintendo no.
Así, SGI creó su “Tecnología de Inmersión de Realidad”, que fue la plataforma inicial para el desarrollo de juegos del Proyecto Realidad. El resultado fue la Supercomputadora Onyx, con un valor de entre 100 mil y 250 mil dólares (más de 430 mil dólares en la actualidad).
El control chupacerebros
Un dato interesante sobre el secretismo con el que se manejaba el equipo del Proyecto Realidad envuelve al control del Nintendo 64, uno de los más icónicos de la historia de los videojuegos y, pese a su extraña forma, de los más cómodos para la jugabilidad.
El prototipo de este control se consiguió modificando un control de Super NES al agregarle un joystick análogo “primitivo” (es decir, como las palancas de las arcades) y un botón de gatillo (‘Z’). Para que nadie hiciera preguntas sobre él, fue escondido por el equipo de un desarrollador de LucasArts.
Y lo mejor que se le ocurrió fue meterlo en una caja de cartón mientras lo utilizaban, de modo que había que meter las manos a la caja para usarlo, y nadie podía verlo. Cuando alguien les hacía preguntas sobre lo que había en la caja, el equipo contestaba con cierta sinceridad y humor:
“Es un nuevo tipo de control: un tazón de líquido que absorbe tus pensamientos a través de la punta de tus dedos. Pero claro, tienes que pensar en japonés.”
Ultra 64
Para junio de 1994 (si pones atención, poco menos de 6 meses antes del nacimiento del PlayStation) Nintendo destapó el nombre oficial de su consola aún no concluída: el “Ultra 64”, pues se pensaba que en el mercado japonés debía ser el Ultra Famicom (siguiendo la línea de Famicom y Super Famicom).
La estrategia de marketing anunciaba que esta nueva consola sería el primer sistema de gaming en utilizar 64 bits, lo cual la convertía en una consola de juegos más poderosa que las computadoras utilizadas para el alunizaje.
Claro, el Atari Jaguar había utilizado ya la arquitectura de 64 bits, pero no una jugabilidad de esta capacidad. Además, la conseguía por la unión de dos procesadores de 32 bits, y ciertamente no es lo mismo (es como sumar un PS2 y un PS3 para esperar un PS5).
Según algunos rumores, el nombre no se pudo mantener debido a un problema legal con Konami, pues a ellos pertenecía la marca de juegos Ultra, pero de acuerdo con Nintendo esto no tuvo nada que ver, sino su idea de ya no utilizar nombres variados según la región, sino establecer un solo nombre universal. Así, el 24 de noviembre de 1995 se hizo público el nombre y aspecto de la nueva consola: Nintendo 64.
23 de junio de 1996: Nace una leyenda
Desde algunos meses antes de su lanzamiento, GamerPro ya reportaba que muchos gamers (incluidos buena parte del staff de ese medio) ya favorecían al Nintendo 64 por encima del Sega Saturn y el PlayStation. Oficialmente, la consola llegó al mercado japonés el 23 de junio de 1996. El primer lote de 300,000 consolas se agotó el primer día.
Nintendo había aprendido del caos que fue la venta del Super Nintendo, y se anticipó a ello ampliando su red de distribución, incluyendo supermercados (para evitar abarrotar las tiendas de electrónica, generalmente más pequeñas). Entre el 26 y el 30 de junio, otras 200,000 unidades fueron entregadas a todos los compradores que la habían adquirido con anticipación.
Pasarían sólo 3 meses entre su salida en Japón y la llegada a Estados Unidos, pero en el Mercado Gris se llegaban a comprar las consolas hasta en 699 dólares más envío, cuando se esperaba que cada consola costara alrededor de 250 dólares… aunque en realidad, costó menos.
A principios del verano de ese año, Sony había bajado el precio del PlayStation a 199.99 USD, lo que obligó a Sega a bajar el precio del Saturn al mismo costo. Sony pudo absorber el golpe económico, y Nintendo también (al igualar el costo de la competencia), pero Sega no.
Su Majestad: el Cartucho
Lo último que queremos decir a propósito de de una de las mejores consolas lanzadas por Nintendo tiene que ver con su aspecto más controversial: el cartucho. Para mediados de los 90, el Disco Compacto ya había ganado bastante terreno y el PlayStation lo había colocado como una opción bastante cómoda.
Pero debemos ser sinceros acerca de este aspecto: los consumidores preferían los discos de PlayStation debido a la facilidad de copiar los Discos Compactos. Es decir, la piratería era más sencilla con la consola de Sony. Mientras que un cartucho de Nintendo 64 costaba alrededor de $500 MXN, por esa cantidad se podían conseguir de seis a ocho juegos piratas.
Nintendo sabía esto, sólo para comenzar. El cartucho es mucho más resistente al medio ambiente en comparación al Disco Compacto. Y mientras que las pantallas de carga eran algo común en los juegos de PlayStation (y de PC en todo caso), eran muy raras en los juegos de Nintendo 64.
Claro, las desventajas también existen: los cartuchos tardan más en fabricarse, y el costo de los mismo podía alejar a algunos consumidores, por lo que las desarrolladoras debían elegir con quién querían lanzar su juego. Y por supuesto, la memoria: claro, los cartuchos tenían 64 MB de datos, mientras que los discos soportaban 650. Pero un cartucho no requería de una tarjeta de memoria externa… la lista es larga.
Aunque tuvieran razón, no podemos dejar de lado que elegir el cartucho fue uno de los factores que movió a Nintendo como el medio dominante de los videojuegos. Si bien, muchas franquicias decidieron ir con su competencia, esto le permitió a Nintendo fortificar sus juegos originales.
Este mes se han unido muchas celebraciones: el aniversario de Superman, el 30 aniversario de Sonic, de manera más fortuita la E3, y a esas celebraciones hay que unir el nacimiento del Nintendo 64, un parteaguas en la historia de la empresa. Y aunque le provocó un retraso en función a su competencia, no podemos negar que tiene algunos de los juegos más increíbles que hayan pasado por el catálogo de la historia de los videojuegos, como Mario 64, The Legend of Zelda: Ocarina of Time, The Legend of Zelda, Majora’s Mask, Pokémon Stadium, Pokémon Snap, Golden Eye y… ¿cuál más sumarías a esta lista?