Evolución del Game Boy 

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Nintendo

2020 nos dio una tragedia más. Ese año, Nintendo dio la triste noticia de que la vida del 3DS, una de sus consolas portátiles más emblemáticas, estaba por terminar. Después de casi 10 años, el 3DS quedaba oficialmente descontinuado y ni una sola consola más sería producida. A tres años del suceso, recordemos a la consola portátil que salvó de la vida a Nintendo. Hablemos de la evolución del Game Boy y cómo éste nos llevó a lo que tenemos en la actualidad. 

Todo inició hace 34 años, cuando Nintendo quiso llevar la experiencia del gaming a las calles. Sí, ya antes otros lo habían intentado y el propio Nintendo tenía su línea de juegos electrónicos Game & Watch, pero el Game Boy fue verdaderamente revolucionario al ser la primera consola portátil que sí traducía fielmente la experiencia de sus equivalentes caseros, pese a las limitantes de los 8 y los 16 bits. El Game Boy fue un éxito rotundo y, con un precio de 80 dólares la pieza, le dio a Nintendo las carretadas de Nintendo a las que estaba acostumbrado. Junto con cada Game Boy, una de las consolas más vendidas de todos los tiempos, venía un cartucho incluido, un pequeño juego conocido simplemente como Tetris. Obra del ruso, Alexei Pajitnov, Tetris fue un fenómeno instantáneo del que la gente no se cansaba. Ya de por sí Tetris era suficiente como para llamar la atención del público y la prensa, pero, durante la era del Game Boy clásico, también conocido como el tabique, surgió otra franquicia que, pronto, tomaría al mundo por sorpresa, Pokémon. 

Cuando Pokémon Verde y Rojo salieron al mercado, en 1996, el Game Boy ya había evolucionado al Game Boy Pocket, una versión que requería dos baterías menos, pesaba menos de la mitad de su predecesor y ahora sí podía guardarse, como su nombre lo indica, en un bolsillo. Pokémon era el juego perfecto para una consola portátil: era entretenido, dinámico, atractivo para chicos y grandes y fomentaba la comunicación a través del cable link. Antes de tener tecnología Bluetooth, Wi-Fi o, incluso, infrarroja, los Game Boys se conectaban a través de este accesorio, el cual era usado, principalmente, para intercambiar Pokémon y llevar a cabo batallas, pero hubo más juegos que aprovecharon sus funciones. 

En 1998, por fin llegó la era del color con el Game Boy Color. Quizás no era el nombre más original, pero sí el más apto para esta consola, la cual por primera vez nos ofreció una pantalla con colores completos, a diferencia del fondo verde y monocromático gris de sus predecesores. Además de eso, el Game Boy Color también tenía la capacidad de procesamiento suficiente para correr juegos que, en generaciones anteriores, sólo estaban disponibles en consolas, incluyendo clásicos como The Legend of Zelda: A Link to the Past. El Game Boy Color nos dios, de hecho, dos de los mejores juegos de Zelda que jamás se hayan producido, Oracle of Seasons y su contraparte, Oracle of Ages. Por su parte, Pokémon no se quedó atrás. Además de la versión amarilla, la cual estaba más apegada a la historia del ánime, también recibimos la segunda generación de Pokémon, con Pokémon Gold, Silver y Cristal, la versión definitiva de esta generación. Como podrán ver y seguirán viendo el resto del video, Pokémon y Game Boy son inseparables y no se puede hablar de uno sin hablar del otro. 

Del Color llegamos al Advance. Esta versión del Game Boy cambió la orientación de vertical por un diseño horizontal. También procuró que la pantalla fuera más grande, lo que hizo que abarcara casi todo el cuerpo de la portátil. A cada uno de los lados quedó un set de botones, para controlar los juegos de manera más ergonómica y, por supuesto, la capacidad de procesamiento también se incrementó. Ahora, prácticamente cualquier juego de Súper Nintendo podía ser emulado o porteado sin mayor problema al Game Boy, lo que le daba un poder asombroso y un catálogo amplísimo. Dentro de los grandes éxitos de la consola tenemos Mario Kart Advance que, gracias a la magia del cable link, te permitía jugar Mario Kart con tus amigos al mismo tiempo en modo multijugador. Además, Pokémon, como la Navidad y los impuestos, llegó sin falta con las versiones Ruby, Zafiro y Esmeralda, la trinidad de la tercera generación, la cual es considerada, por muchos, como una de las mejores. 

El Game Boy Advance dio un salto cuántico con su versión mejorada, el Game Boy SP. Este Game Boy corregía todos los errores de sus anteriores versiones. En vez de pilas desechables, usaba una batería recargable de litio. En vez de tener que comprar un accesorio para jugar de noche, la pantalla estaba retroiluminada. En vez de tener que comprar una bolsita de viaje para transportarlo, el SP era plegable y ultra liviano, por lo que muchos lo nombraron el Game Boy “carterita”. Ésta fue la versión definitiva del Game Boy y fue, también, el último dispositivo en llevar ese nombre. Fue un digno final para un gran guerrero. 

En 2004, Nintendo dobló la apuesta del SP y creó una consola portátil plegable más, pero, esta vez, con dos pantallas: una pantalla táctil y una pantalla regular. A esta nueva línea la nombró Nintendo DS, abreviatura para double screen o pantalla doble. Y sería el punto de inflexión para Nintendo. La consola gozó de gran aceptación, al ser la primera portátil de Nintendo en la que se podían jugar juegos en 3D. La capacidad táctil de la segunda pantalla permitió que los desarrolladores exploraran y experimentaron nuevas formas de crear juegos y experiencias de entretenimiento atrapantes, con muy buenos resultados. Por si esto no fuera suficiente, el DS era retrocompatible con los cartuchos de Game Boy Advance, por lo que la biblioteca de juegos disponible para la consola era sumamente amplio. Ah, y además de todo, tenía conectividad Wi-Fi y servicios en línea. Todo un fenómeno. 

El DS también recibiría un tratamiento como el que tuvo el primer Game Boy con el Pocket, por lo que Nintendo nos dio el DS Lite, una versión más liviana y bonita de su consola portátil de nueva generación. Por desgracia, esta nueva versión perdió su compatibilidad con los juegos de Game Boy Advance. En cuanto a Pokémon, la generación del DS recibió Pokémon Perla, Diamante y Platino, así como Black & White y Black & White 2.  

Entre el DS y el DS Lite, Nintendo decidió que tenía que revivir al Game Boy y lanzó al mercado el Game Boy Micro, la oveja negra de la familia de la que no hablamos. Esta consola medía apenas 5 pulgadas de ancho y, a diferencia de todos los Game Boys anteriores, no era compatible con juegos de Game Boy regular ni de Game Boy Color. Como era de esperarse, no tuvo un buen recibimiento. 

Del DS Lite, pasamos al Nintendo 3DS. Es el año 2011 y Nintendo estaba a punto de hacer historia. Por un lado, la consola insignia de la compañía era el Wii U, el cual no tuvo el éxito esperado, ni de cerca. De hecho, el Wii U tuvo tan mala recepción, que casi lleva a la bancarrota a Nintendo. Pocas ventas, pocos juegos y poco apoyo de parte de terceros llevaron al Wii U a ser uno de los peores fracasos de la compañía. Pero, mientras el barco se hundía, un pequeño bote salvavidas sacó a flote a Nintendo pese a todo pronóstico, el Nintendo 3DS. Esta consola fue la evolución necesaria del DS y un experimento inusual en toda la industria, ya que la pantalla regular del Nintendo 3DS estaba lejos de ser normal, gracias a su capacidad de mostrar gráficos en tres dimensiones sin necesidad de utilizar lentes o algún otro accesorio, pura ilusión óptica. 

Pero el éxito del 3DS no llegaría de forma inmediata; de hecho, en un inicio, el 3DS casi fracasa. El precio al público era demasiado alto y la gente no veía justificado desembolsar tanto dinero por una portátil. Esto orilló a Nintendo a reducir significativamente el precio del 3DS y, a manera de compensación a los usuarios que habían pagado el precio completo, la compañía creó el programa de embajadores, que le daba a los dueños de un 3DS que habían comprado su consola antes de cierta fecha acceso a varios títulos premium de forma gratuita. 

La estrategia fue un éxito absoluto y las ventas del 3DS llegaron a las nubes. El 3DS rescató financieramente a Nintendo y, por fin, después de varios periodos en números rojos, la gran N tuvo ganancias de nuevo.  

El 3DS fue un fenómeno masivo, con una biblioteca de juegos brillante, constante y de altísima calidad. Tuvimos grandes joyas, como The Legend of Zelda A Link Between Worlds, Super Mario 3D Land, Mario Kart 7, Super Smash Bros 3DS y hasta un remaster de The Legend of Zelda Ocarina of Time, uno de los grandes hitos de la historia de los juegos de video. En cuanto a Pokémon, X/Y dio el salto al 3D y cumplió el sueño de los fans acérrimos, al cambiar los sprites animados por modelos 3D completamente renderizados en tiempo real. 

Del 3DS, descendemos al 2DS, una versión menor, más barata y ligera, pero sin ser plegable y sin la función 3D de su versión más completa. Una consola no tan importante, pero igual valía la pena mencionarla. 

Llegamos al fatídico 2020 y, en septiembre de este año, Nintendo anunció que el 3DS había llegado al final de la línea y sería descontinuado. Esta decisión viene, en gran parte, por el hecho de que el Nintendo Switch, la consola casera de nueva generación de Nintendo, es también una consola portátil. Esta consola híbrida hizo innecesaria la existencia de una portátil como el Game Boy o el 3DS, pero en la propia arquitectura del Switch, podemos ver 34 años de legado que este deseo por llevar la experiencia del gaming a las calles dejó. 

Gracias por todo al 3DS, y su tan distinguido pedigrí, desde sus humildes orígenes en los 8 bits hasta tener entre las manos toda una experiencia de juego difícil de replicar.