La historia de Mew, el primer Pokémon legendario

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Si eres un entrenador pokémon de renombre, sabemos lo que estás pensando: Mew no es el primer pokémon legendario, cuando menos no en el pokédex. Están Articuno, Zapdos, Moltres y Mewtwo antes de él. Pero nos referimos a la verdadera acepción de la palabra: el pokémon que formó una leyenda.

En una época en que la conexión a Internet en las consolas aún no era concebida, en que las guías de videojuegos se encontraban sólo a través de revistas, y cuando era más difícil dar con una fuente Oficial en cuestión de videojuegos, imagina cómo era saber que alguien, en Japón, decía que había encontrado un pokémon en el juego que nadie más podía encontrar.

Aún cuando pokémon ya era un fenómeno global y todos sabíamos que existía un mítico 151 en el pokédex, no teníamos idea de dónde empezaba la realidad y dónde la ficción. Mewtwo era tan elusivo como hubiera sido en la realidad. Y todo empezó como una broma interna en las oficinas de Game Freak.

Pokémon: La primera generación

Primero, un poco de contexto para los más jóvenes. Cuando las primeras versiones (Red/Green) aparecieron en Japón, había muchos elementos que aún no aparecían en los juegos, en parte por las limitantes tecnológicas y, en parte, porque simplemente aún no se les ocurrían a los desarrolladores.

Los pokémon legendarios al interior del juego no eran precisamente difíciles de encontrar (en todo caso, Articuno era el más laberíntico) pero sí había una cosa que los hacía particulares en el juego: sólo tenías una oportunidad para atraparlos. Si se desmayaban o los ahuyentabas de la batalla, no volvían a aparecer. Nunca. (Porque no había un reloj interno en el juego.)

Por supuesto, esto se arreglaba si guardabas tu juego antes de enfrentarlos, pero era una precaución que a veces se te olvidaba. Esta clase de tips eran pasados de jugador a jugador y a veces llegaban a las revistas de cada país. Existía una guía oficial, pero en esos años, ordenar algo desde Estados Unidos era mucho más complicado (y costoso) que en estos días.

A este contexto hay que agregar que cuando el juego se popularizó en Latinoamérica, es porque ya conocíamos la caricatura (el caso contrario de Japón), por lo que sabíamos de la existencia de Mew, pero no del modo de conseguirlo. Según los informes oficiales, sólo se había repartido mediante un evento especial en Japón. Eso sonaba muy injusto.

La broma de Sugimori

Mew no fue concebido en la planeación original del juego, pero sí lo fue. Nos explicamos: si bien originalmente se establecieron 150 monstruos para el juego, antes de tomar la decisión final se tomaron en cuenta muchos más diseños. Había muchos pokémon en el tintero, todavía (y muchos fueron retomados para la segunda generación).

La cuestión es que el juego se encontraba a tope de su memoria cuando fue finalizado. Pero en el proceso final (al menos en los juegos de la época) había que correr un programa de “limpieza final”, para eliminar los bugs del código de programación.

Cuando el programa terminó de limpiar el juego, el encargado de ejecutarlo encontró que en la memoria habían quedado 300 bytes disponibles. Un espacio pequeño para incluir alguna otra dinámica de juego, o un nuevo entrenador a quién retar… pero suficiente para meter un nuevo pokémon.

No haría ningún daño. Finalmente no había que programar un lugar en el que apareciera, o una circunstancia específica (como el sujeto que desaparece de la entrada de la Cerulean Cave cuando vences a la Liga Pokémon), sólo un pokémon que estuviera ahí, disponible sólo para el equipo de programadores. Para Ken Sugimori, el encargado de limpiar el juego, sonaba como una broma interna bastante curiosa.

El Pokémon Fantasma

Eventualmente todos se enteraron de la broma y, aunque lo ideal es que nada del juego sea alterado después de correr el programa de Limpieza, a nadie pareció molestarle. Les gustaba la idea de tener un pokémon exclusivo y, finalmente, no estorbaría el juego.

Para que Mew apareciera, debía activarse un catalizador especial, muy particular, mediante código de programación. Como Mew no estaba contemplado en la trama y no era necesario para nada, los jugadores no serían afectados por esto.

Sin embargo, Mew tenía otros planes.

Las computadoras no son infalibles. Los glitches existen (ahí tenemos a MissingNo… el cual merecería su propio “Leyendas del Gaming”). Algunos cartuchos tenían un fallo que, lo único que hacía, era detonar a Mew, y entonces un jugador entre miles veía a aparecer, de la nada, a Mew como un pokémon salvaje.

Imagina la frustración de no poder atrapar a Mew en esa oportunidad y que no volviera a aparecer más. Mew era tan elusivo como lo describían. El rumor comenzó a correr entre entrenadores y los rituales comenzaron a proliferar: si Mew le había aparecido a un entrenador, podía aparecerle a más. Sólo era necesario encontrar cómo había ocurrido.

¡Tenemos que encontrarlo!

A Satoshi Tajiri, presidente de Game Freak y creador de pokémon, se le ocurrió utilizar la revista Coro Coro Comic como un escaparate para hablar sobre Mew y regalar algunas tarjetas coleccionables de Mew, sólo para medir el impacto que el pokémon podría tener.

Ante la mirada de sorpresa de todo el equipo de Game Freak, el éxito fue rotundo. Los fans, desesperados, querían más del elusivo pokémon legendario. Así que el 15 de abril de 1996, Game Freak anunció su evento especial, un concurso en el que sólo 151 ganadores obtendrían de forma exclusiva el “personaje invisible” del juego.

El hype generado por este evento fue colosal y todo porque se había aceptado, públicamente, que el pokémon existía. Claro, eso fue en Japón. Un evento similar llegó a ocurrir en Estados Unidos. ¿Pero México? ¿Latinoamérica? ¿Cómo podía el público del cono sur continental conseguir el pokémon?

La teoría más común es que, si movías un camión que estaba frente al barco SS Anne (lo cual no era fácil de conseguir), Mew se encontraba debajo de él. Pero quienes siguieron todos los pasos se encontraron con que el camión no se movía. El rumor era falso.

Claro, tiempo después, revistas latinoamericanas se encargaron de regalar el pokémon de distintas maneras, y en la actualidad ya hay un conocido glitch para hacer que el pokémon aparezca… pero ese será para otra nota. Una retro-guía, quién sabe, depende lo que ustedes quieran.

Internet nos da muchas ventajas, y ha permitido, entre otras cosas, que un juego se encuentre disponible en todas partes del mundo al mismo tiempo. Así, un misterio como el de Mew ya es difícil de conseguirse en la actualidad. Y por ello es que Mew se ganó su lugar entre las Leyendas del Gaming en la historia de los videojuegos.