La historia de Ubisoft, un negocio de familia

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La próxima vez que alguien te diga que no hay estereotipos en los videojuegos, pregúntales cuántos conocen que no hayan sido creados en Estados Unidos o Japón. Algunos mencionarán, por ejemplo, al estudio polaco CD Projekt, otros, más orgullosos, hablarán de Lienzo, la desarrolladora mexicana que ha logrado colocar ya trea títulos en el mercado internacional. Y ya algún estudioso muy clavado mencionará a Playdead, el estudio de Dinamarca encargado de crear los juegos de culto Limbo e Inside.

¿Pero sabes de dónde proviene una de las desarrolladoras más populares de la actualidad? ¿Sabes de qué región surgieron algunas de las franquicias más socorridas de la actualidad, como Assasin’s Creed, o Tom Clancy’s Rainbow Six Siege? ¿Sabes qué tiene en común las vacas y Watch Dogs? Ubisoft. Eso tienen en común.

Del campo a tu compu

A diferencia de otras leyendas del gaming que has conocido en este mismo portal, Ubisoft no nació de una inquietud de juventud de algún programador que deseaba contar una historia, o entretener a la gente, sino como una idea de negocio que pudiera ser innovadora en su entorno.

Para la década de 1980, la familia Guillemot se había forjado una buena fama al apoyar los negocios de los granjeros locales en una provincia británica al noreste de Francia, donde su principal negocio era la distribución de sus bienes, incluida la importación y exportación de productos a Inglaterra.

Trabajadora, pero quizá sin televisión, el grueso de la familia estaba formada por los cinco hijos del matrimonio Guillemot: Christian, Claude, Gérar, Michel y Yves, los cuales ayudaban a gestionar el negocio familiar y mantenerlo en circulación. Sin embargo ellos, como Plankton, habían ido a la Universidad y tenían muchas ideas para renovar el negocio.

Originalmente les surgió la idea de vender Discos Compactos con pistas de audio que ofrecieran “ayuda” a los granjeros (sólo ellos saben qué clase de contenido tendrían). Pero después pensaron que lo mejor era involucrarse en el creciente mercado de la computación. Podrían desarrollar algún tipo de software para granjeros y, ocasionalmente, incluso algún videojuego.

La Hermandad

El mayor problema de distribuir productos de computación en una provincia de granjeros era, precisamente, distribuir productos de computación desde una provincia de granjeros. Conseguir una computadora no era fácil, ni barato, era difícil tener un público ahí.

Lo obvio era, claro, crear el público. Los hermanos Guillemot se dieron cuenta que era mucho más caro conseguir artículos de computación de un distribuidor francés que comprarlos e importarlos desde Inglaterra. Ahí estaba el negocio: ellos serían los distribuidores.

Su madre los condicionó con que la única forma en la que tendrían el “permiso” de fundar un negocio, sería que ellos lo administraran y que dividieran las ganancias equitativamente entre los cinco. Bajo esa premisa, en 1984 nació Ubisoft… bueno, no Ubisoft, sino Guillemot Informatique.

Todo el negocio se movía por correspondencia. Pero al conseguir los productos casi al 50% de lo que otros los ofrecían en Francia, la empresa de los Guillemot pronto empezó a ser solicitada por otros minoriostas. En tan sólo dos años, Guillemot Informatique ya conseguía ganancias de hasta 40 millones de francos, casi seis millones de dólares de aquellos días.

Software Ubicuo

Era claro que el recurso más valioso de los hermanos Guillemot era su intuición. Así como anticiparon que los granjeros podían verse beneficiados con la computación, previeron también que la industria de los videojuegos se volvería en poco tiempo muy lucrativa.

Pero no sería suficiente con ayudar a distribuirlos: si realmente querían una buena pieza del pastel, debían cocinarlo. Así que el 28 de marzo de 1986, se fundó Ubi Soft Entertainment S. A., cuyo nombre representaba la “ubicuidad del software”, es decir, el propósito de que existiera en muchos puntos al mismo tiempo.

Ese mismo año lograron lanzar al mercado su primer videojuego: Zombi. La historia de los videojuegos nos ha enseñado que un título desarrollado con tal rapidez no puede terminar en algo bueno, pero Ubi Soft fue la excepción que confirma la regla. Zombie fue un éxito comercial que para enero de 1987 ya había logrado vender 5,000 copias.

Se trata de un juego de exploración ambientando en una invasión zombie. Mediante un desplazamiento de pantalla de cinco puntos (al más puro estilo del primer The Elder Scrolls y otros juegos para computadora de la época) te mueves a través del mapa recolectando objetos, descubriendo pistas, desbloqueando puertas y enfrentando zombies.

Aún hoy, su pueril display nos recuerda una época de plata en el gaming de computadoras. La popularidad del juego creció tanto que tuvieron que formar alianzas de distribución para venderlo en España y Alemania Occidental. Así es, Ubi Soft nació y consolidó su éxito cuando aún existía el muro de Berlín.

“En todas partes”

Para 1988 comenzaban con media docena de desarrolladores trabajando para Ubi Soft, y tres pares de juegos en el mercado. Uno de los hermanos, Yves, había sido nombrado Oficial en Jefe Ejecutivo y desde entonces no ha salido de la dirección de la compañía.

Fue él quien consiguió que Guillemot Informatique realizara tratos con Electronic Arts, Sierra On-Line y MicroProse para distribuir sus títulos en Francia y para 1989 ya habían sumado a Estados Unidos y Reino Unido como países para comerciar.

En 1993 eran reconocidos como los distribuidores de videojuegos más grandes de Francia y un año después ya tenían 100 desarrolladores trabajando para ellos, con enfoque en las consolas de quinta generación: el Atari Jaguar y el PlayStation.

Habían logrado establecerse como un competidor sólido en la informática, y buscaban hacer lo mismo en los videojuegos, así que en 1995 le dieron al clavo con su propio ícono de los juegos: Rayman, que (para nadie es secreto) fue el logro que hizo al mundo voltear hacia Ubi Soft, aún cuando el personaje no consiguió gran notoriedad en América durante su lanzamiento.

La Evolución

Como cualquier logotipo, el de Ubisoft nos ayuda a entender su paso por el tiempo. Del logotipo original (de colores vívidos para mostrar la capacidad del display de los primeros monitores a color) se cambio al de arcoíris para expresar la transición de editor a desarrollador (este cambio llegó con el lanzamiento de Rayman).

La compañía dedicó la segunda parte de la década para fundar estudios en distintos puntos del mundo y empezar con fuerza el nuevo milenio. En el año 2000 lograron comprar Red Storm Entertainment y así se hicieron con la franquicia de Tom Clancy’s Rainbow Six, para tener su propia línea de juegos de espionaje que le hiciera la competencia a Metal Gear.

Esta adquisición requería que la compañía adquiriera una apariencia más “madura”, por lo que el logotipo cambió al remolino que todos queremos y admiramos y la compañía fue renombrada de Ubi Soft Entertainment S. A. a simplemente Ubisoft.

Su nueva apariencia iría más acorde con la otra franquicia que ha vuelto inmortal a la compañía: Assassin’s Creed, cuyo primer título apareció en el mercado en 2007, cuando originalmente iba a ser una secuela a Prince of Persia: The Sands of Time.

El logotipo tuvo un último cambio en 2017, a un estilo más minimalista que simbolice una serie de ventanas hacia los mundos creados en sus juegos, a través de los cuales puede sentirse un grain de folie (“toque de locura”).

Además de las ya mencionadas, Ubisoft le ha dado al mundo series como Just Dance, Prince of Persia, Raving Rabbids y Watch Dogs. Resulta bastante curioso que una serie de universos fantásticos y distópicos hayan nacido de una compañía que intentaba vender software para ayudar granjeros, pero es un ejemplo muy claro de cómo la necesidad de hacer un negocio puede resultar benéfico en el terreno de la imaginación y el entretenimiento; un beneficio que es mucho mayor cuando ambos se mezclan tan armónicamente como lo hacen en Ubisoft.