Esto no debe entenderse como una provocación ni un reto, sino como un homenaje. Como toda la comunidad de gaming, amamos la película de Super Mario Bros., y seguramente Krakens vs. Sirenas o Sailor Moon serían una digna competencia, pero hay tres razones fundamentales por las cuales Spider-Man: Across the Spider-Verse es una película tan increíble, que vale la pena ser vista más de una vez, y de hecho, se vuelve necesario. Y esos tres puntos conformarán la reseña sin spoilers de la película.
Un guión más resistente que la tela de una araña
Phil Lord, Christopher Miller y Dave Callaham han creado una pieza maestra del arte cinematográfico, y eso suena exagerado para una película de súper héroes, pero es precisamente porque hicieron mucho más. De entre todos los aspectos positivos del guión (excelente timing en chistes, creación de personalidades únicas, ritmo arácnido, evolución poderosa, increíble tensión) el que más destacamos es la forma en la que nos contaron con mucha sencillez una trama altamente complicada.
No sólo estamos hablando de multiversos, estamos hablando de un problema multiversal que inició desde la primera película (cosa que no es spoiler). Y por suerte, este villano “quiere monologar” y en su presentación nos explica todo sobre él, sus motivaciones e incluso su plan final. No hay sorpresas ahí. Pero el hecho de que no haya sorpresas es lo que hace todo más aterrador: sabemos lo que va a ocurrir y la spider gente sólo puede mirar sin actuar eficientemente.
No hay un sólo diálogo que sobre, o que caiga en el vacío, y todos los spider-man, aunque en esencia son la misma personalidad en distintos universos, tiene su forma de ser particular. Eso es increíble cuando hablamos de multiversos. Y el final te deja justo como te debería dejar. Ya lo sabrás.
La increíble animación hecha a ocho patas
Sony Pictures anunció que en la película se habían desarrollado 240 universos. Y puedes verlos todos aunque no los vayas contando. Pero decir solamente que “cada Spider-Man está animado a su propio estilo” sería quedarnos muy cortos. No sólo cada Spider-Man: cada situación está animada a su estilo. En más de una ocasión la animación nos coloca en la emoción de los personajes y la escena, y las metáforas visuales son dignas de estudio. De hecho, ese es el motivo por el cual hay que verla más de una vez: aunque hayas entendido todo, te quedas con la sensación de que te perdiste de algo.
Desde el primer villano que aparece, sabes que la animación se lanzó por un nuevo e increíble camino, y tan sólo los portales dimensionales ya son una apuesta inmensa e increíble. Hay que destacar la animación para Spider-Punk (que todo el tiempo destaca) y la de Spider-Man India, que requirió de un inmenso cuidado al detalle. Y no podemos hablar de esas otras animaciones porque revelaríamos mucho sobre la trama pero… sí… sí, increíble.
Arañas a la décima potencia
Si Spider-Man: No Way Home nos hizo gritar en, cuando menos, ocho ocasiones (Daredevil, Dr. Octopus, Green Goblin, Andrew Garfield, Tobey Maguire, Electro, El Hombre de Arena, el Lagarto… sip, ocho. Guau, fue sin pensar) en Across the Spider-Verse los gritos son durante casi la mitad de la película (agradezco profundamente a los adolescentes sentados a mis espaldas: así se debe ver una historia de Spider-Man). Los cameos son infinitos, y hay para todos. Uno no se da cuenta de todo lo que ha visto en la historia de Spider-Man hasta que ve esta película. Y no se puede decir más porque, de nuevo, revelaríamos mucho de la trama, pero sí. Todo lo que esperas y has leído sobre el spider-verso es verdad. Todo.
Le damos una calificación perfecta, de 10/10 a Spider-Man: Across the Spider-Verse aún cuando el final nos hizo enojar muchísimo. Y seguramente a ti también te hará enojar. Pero ese enojo sólo demuestra lo increíblemente bien hecha que está.