Sí, bueno, técnicamente todos los que terminamos Elden Ring o cualquier otro videojuego estamos usando el cerebro, pero esta mujer logró conseguir la hazaña saltándose ese extraño y desconocido trámite que existe entre el Sistema nervioso, y el Sistema circulatorio y los músculos y decidió darle órdenes directas al juego desde su cerebro, utilizando electrodos para realizar un electroencefalograma.
¿Cómo pudo una streamer conectar su cerebro a ‘Elden Ring’?
La streamer conocida como Perrikaryal, además de ser una gamer bien consumada, tiene una Maestría en Psicología, donde su especialización en neurociencia le permitió aprovechar esa tecnología para usarla en el gaming, mediante un Electroencefalógrafo, ese aparatito que, como su nombre lo indica, ayuda a conseguir electroencefalogramas (gráficas de la actividad cerebral a partir de los flujos de electricidad en el mismo) mediante electrodos conectados a la cabeza.
Perrikaryal sabía que el electroencefalógrafo no es muy bueno para decir de dónde vienen los impulsos eléctricos del cerebro (no sabe localizarlos). Pero definitivamente puede reconocer, de inmediato, si éstos están ocurriendo, pues cada actividad en nuestro cerebro dispara una red de impulsos eléctricos que pueden ser detectados de esta manera.
Por lo tanto, utilizando el impulso correcto y una interfaz adecuada, si Perrikaryal se concentraba en un tipo de pensamiento, podía activar los botones de Ataque y Sanación. Hay que conceder que ésto ya es un esfuerzo increíble, y que el electroencefalógrafo hace apenas lo que puede, por lo que para el movimiento, la streamer siguió utilizando sus pulgares para mover las palancas. Pero fuera de eso, cada ataque en el momento preciso era activado sólo con un pensamiento.
¿Y qué pensamiento era ese? Para atacar, Perrikaryal configuró la interfaz para reconocer cuando ella pensara en “empujar algo muy pesado”. Por supuesto, ella misma reconoce que a veces el pensamiento no era reconocido por el electroencefalógrafo, quién sabe si precisamente por error del mismo, pues ella misma aseguraba que en esos momentos sentía como si su cerebro “estuviera descompuesto”.
Este último intento definitivamente está entre los más locos (e increíbles) de esta creciente tendencia de pasar Elden Ring con todo (con un bop-it, una guitarra acústica, con los pies o en un tapete de bailer) excepto con un control normal. ¿Tú ya pasaste Elden Ring?