La guerra de las consolas llegó al terreno legal. Phil Spencer, jefe de Xbox, se vistió de traje por primera vez en…suponemos su vida, y acudió a la audiencia para tratar de frenar el bloque que la Comisión Federal de Comercio puso a la compra de Activision-Blizzard. Como ya es costumbre, estos procesos legales traen consigo varias novedades, chismes y, por supuesto, acusaciones entre las partes. Esto es lo que ha ocurrido hasta el momento de forma resumida:
- Nos enteramos de que la razón por la que Microsoft compró Bethesda fue para prevenir que Starfield fuera exclusivo de PlayStation 5. Phil Spencer acusó a Sony de incurrir en prácticas como pagarle a los estudios, para que sus juegos no llegaran a Xbox. Al ver que Deathloop y Ghostwire: Tokyo habían sufrido este destino y escuchar que Starfield podría seguir el mismo camino, Microsoft decidió actuar y comprar no sólo Bethesda, sino todo ZeniMax.
- También supimos que Microsoft intentó comprar Zynga, para incursionar en el mercado móvil, antes de que Take-Two hiciera lo propio. Pero se habló en la audiencia de la dificultad de llevar títulos de alto calibre al terreno móvil.
- Sabíamos, por documentos que se sometieron a la corte y se hicieron públicos antes del juicio, que tanto en PlayStation 6 como el siguiente Xbox llegarían no antes del 2028, lo que supondría un periodo de 8 años entre generaciones, más largo que entre la generación del Xbox One/PS4 y el XSX/PS5.
- The Elder Scrolls llegará, al menos, hasta dentro de 5 años. Es decir, el juego no llegará antes de 2028. Esto debido a que gran parte del equipo que trabajará en ese juego se encuentra terminando Starfield. También sabemos que Microsoft aún no tiene definido siquiera si ese juego será exclusivo del ecosistema de Microsoft o si será lanzado como un título multiplataformas. Esto, incluso, cuando se había anunciado que, de hecho, la secuela de Skyrim sería exclusiva de Xbox y PC.
- Phil Spencer dijo que haría todo lo que estuviera en su poder para llevar los juegos de Call of Duty al PlayStation, que él sería el primero en levantar la mano, para que los títulos no fueran exclusivos de Xbox. Ésta, como sabemos, es la principal preocupación de Sony y el principal argumento de la FTC.
Ahora, dependerá de la corte federal si el bloque de la FTC se mantiene o se revierte, para darle oportunidad a Microsoft de seguir adelante con la adquisición. Cabe señalar que órganos reguladores de múltiples países, incluyendo Japón, Brasil, China y toda la Unión Europea, ya dieron el visto bueno a la compra.