Jamal Musiala destraba el nudo para el Bayern ante el Benfica

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Musiala remata de cabeza para marcar el 1-0. | Reuters

Era cuestión de tiempo. Pero los minutos pasaban y el Bayern se encontraba en un ‘festival’ del desperdicio. Ni Gnabry, ni Olise ni Harry Kane. Ninguno se había levantado con el pie derecho. Opciones no dejó de fabricar el cuadro alemán, pero tuvo que ser Jamal Musiala el encargado de romper el hielo. Con suspenso, con sufrimiento, pero al final tres puntos que le permiten enderezar el barco tras la ‘tormenta’ sufrida ante el Barça.

El Bayern, que venía de dos derrotas seguidas, tuvo la pelota como estaba previsto, pero le costó mucho romper el férreo esquema defensivo planteado por Bruno Lage. Al equipo de Vincent Kompany se le atragantó el 5-3-2 de los portugueses, muy solidarios y sin apenas errores. Dominó, pero sin claridad ni precisión. Tampoco hubo demasiada movilidad. Y faltó inspiración, sobre todo a Musiala, algo fallón en la primera parte.

Hubo que esperar hasta el minuto 32 para ver un tiro a puerta. De Kane, desde 20 metros y centrado, que paró Trubin sin demasiado esfuerzo. El delantero británico se animó con otro tiro más cercano poco después, en una de las pocas veces que los locales pudieron correr, y el Bayern se entonó. En un saque de esquina, Kane primero y luego Gnabry exigieron al portero ucraniano, que estuvo rápido de manos. Demasiado poco para un equipo obligado a ganar y que sumaba 21 victorias en los últimos 26 partidos en casa en Champions. El Benfica, que no llegaba con tantas urgencias, casi ni se asomó por el área de Neuer, que sólo pasó apuros en una salida algo alocada hasta el medio del campo.

No varió el guion en el arranque de la segunda parte. El Bayern insistía, pero no aparecían los huecos. Kane culminaba con un tiro con la zurda fuera una buena jugada personal. Kompany movió ficha y puso a Sané, que exigió pronto a Trubin con dos tiros con veneno. Y el gol acabó llegando en una jugada de manual. Centro de Sané al segundo palo, Kane que hace una dejada de cabeza y Musiala que remata con la testa a bocajarro. El Benfica puso a Cabral y pasó a jugar con dos delanteros, pero ni así amenazó a un Bayern que pudo aumentar su renta en alguna jugada aislada, pero que acabó satisfecho con un triunfo por la mínima que le da un respiro antes de recibir al PSG.

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