El tráfico ha hecho de las suyas nuevamente en la Champions League, al convertirse por segundo día consecutivo en un invitado inesperado en los partidos de vuelta de los octavos de final, disputados en Londres.
El martes, el duelo entre Chelsea y Borussia Dortmund sufrió un retraso de 10 minutos para el inicio del juego, debido a que el autobús del equipo alemán arribó más tarde de lo previsto al estadio Stamford Bridge, por lo que la UEFA tuvo que alargar el arranque para que el cuadro visitante tuviera el tiempo suficiente para alistarse para el encuentro, el cual terminó perdiendo 2-0, quedando fuera de la competencia (2-1, global).
Un día después, este miércoles 8 de marzo, se repitió la situación en el compromiso entre Tottenham y Milan, al llegar tarde el conjunto italiano al Tottenham Hotspur Stadium, por lo que la UEFA volvió a retrasar el silbatazo inicial 10 minutos.
El tráfico volvió aparecer y el cuadro rossonero se vio perjudicado en su trayecto, teniendo que recibir el tiempo de tolerancia para jugar la vuelta de los octavos, la cual terminó con empate sin goles, dándole el pase a los italianos, 1-0, global.