Con dos goles en seis minutos del tramo final del partido, Fluminense derrotó el miércoles 2-1 a Internacional en Porto Alegre y avanzó por segunda vez en su historia a la final de la Copa Libertadores.
El equipo carioca, el único de los semifinalistas de la presente edición que nunca ha ganado el torneo regional, regresará 15 años después a la instancia definitiva, que se disputará el 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde realiza sus encuentros como local.
El único antecedente de Fluminense en una final de la Libertadores fue en 2008 cuando perdió ante Liga de Quito en la definición desde el punto penal, que también se llevó a cabo en el Maracaná.
En el estadio Beira-Rio de Porto Alegre, las anotaciones de John Kennedy a los 81 minutos y del argentino Germán Cano a los 87 le permitieron a Fluminense remontar el tanto inicial de Internacional.
Cano llegó a 12 tantos en la actual Libertadores y se confirmó como el héroe de la clasificación del Tricolor tras marcar un doblete en el 2-2 la semana pasada en Río de Janeiro y firmar la diana que sentenció el enfrentamiento entre conjuntos brasileños.
“Es muy hermoso. Dejamos todo en el campo y peleamos contra un muy buen rival. No dejamos de creer, somos un equipo guerrero. Gracias a Dios logramos hacer los goles y llegar a la final”, declaró Cano tras el final del compromiso.
Internacional salió inspirado por el aliento de más de 50.000 hinchas y tomó ventaja a los 10 minutos con un remate de cabeza del argentino Gabriel Mercado, que contó con la complicidad del arquero Fábio, quien se resbaló en la salida mediante la que buscaba capturar el saque de esquina cobrado por Alan Patrick.
Fluminense no mostró su acostumbrada fluidez en el juego ofensivo y se notó incómodo ante la velocidad e intensidad de los anfitriones, que ejecutaron a la perfección su plan en el primer tiempo.
Para el inicio de la etapa complementaria, el técnico de Fluminense, Fernando Diniz, dio ingreso al delantero John Kennedy, que reactivó el ataque de su equipo.
“Nuestro objetivo era llegar a la final. Es un día muy importante para el club y los aficionados”, señaló Marcelo, que regresó esta temporada a su club de origen tras 16 años en el Real Madrid y un breve paso por Olympiakos. “Había que tener equilibrio, paciencia e inteligencia para jugar. Todo lo que entrenamos, lo ponemos en práctica. Todo es culpa de Diniz, todo es culpa suya”.
Internacional, que buscaba su primera final de Libertadores desde 2010 cuando alcanzó su segundo título, se replegó para defender el resultado, pero aun así tuvo dos claras opciones de ampliar la diferencia a través del ecuatoriano Enner Valencia, que no pudo aprovechar sus chances.
A los 70, Valencia envió desviado un cabezazo sin oposición dentro del área, y luego no supo finalizar un contragolpe en solitario.
“Hicimos el partido que habíamos preparado. Tuvimos muchas situaciones para matar el partido y no lo hicimos”, se lamentó el entrenador argentino de Internacional, Eduardo Coudet. “Creo que tuvimos mucha mala suerte porque creamos muchas situaciones de gol”.
Fluminense reaccionó a los 81 minutos con una precisa definición de Kennedy ante la salida del arquero Sergio Rochet, tras una asistencia de Cano.
El empate dio alas a los cariocas, que consiguieron el tanto definitivo a los 87 cuando Cano aprovechó un centro desde la banda derecha de Yony González para anotar con un tiro potente dentro del área.
“Tuvimos dificultades, empezamos perdiendo con un gol a balón parado, pero tuvimos valentía. Fue una victoria justa, de unidad, de la convivencia. Somos un equipo de grandes campeones, de grandes hombres”, analizó Diniz, quien también es seleccionador interino de Brasil.
Fluminense conocerá el jueves su rival en la final tras el enfrentamiento en Sao Paulo entre Palmeiras y Boca Juniors, que igualaron sin goles en el partido de ida.