No es la Copa Sudamericana ni la Liga: ¿cuál es el reto inmediato de Alberto Gamero en Millonarios?
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La derrota de Millonarios en su visita a Palestino por la tercera jornada de la fase de grupos en Copa Libertadores fue un mazazo. Las críticas desde diversos sectores fueron más allá del resultado, pues el equipo Embajador encontró la manera de decepcionar las expectativas con un juego muy limitado y unos errores absurdos.
Se recuerda bien que el primer año de Alberto Gamero, el 2020, el de la suspensión de competiciones por la pandemia, fue el más complicado. El director técnico llegó para asumir un proyecto enfocado a la promoción de jugadores juveniles y de ahí salieron nombres importantes como Andrés Llinás, Stiven Vega, Daniel Ruiz (proveniente de Fortaleza), Carlos Andrés Gómez, Óscar Cortés, entre otros. A partir de 2021, probablemente el partido de este jueves sea el peor del actual proceso.
Entre las voces alarmistas y decepcionadas han surgido varías teorías de lo que debería ser el próximo gran reto de Alberto Gamero en Millonarios: desde quienes ya están pidiendo la salida del entrenador, pasando por aquellos que opinan que concentrarse en un solo torneo es lo ideal, hasta llegar a quienes tienen argumentos más aterrizados como para marcar un punto de reflexión sin dramatismos.
La salida de Gamero no es viable
Muchos años pasaron antes de que Millonarios pudiera volver a tener un proyecto de renombre en Colombia. Lo que se intentó entre los años 2011 y 2012 con Richard Páez y Hernán Torres se vino al suelo por el asalto a los cargos directivos de personas poco preparadas y comprometidas con el club. Ahora que la institucionalidad está en un buen momento, un buen trabajo como el de Alberto Gamero ha encontrado ambiente para ser exitoso y protagonista a nivel local.
El contrato del director técnico se renovó hace muy poco y hay dos años y medio por delante para que continúe. Sí, como todo ser humano, se equivocó. Ahora, resulta absurdo pedir que se desbarate todo el trabajo de cuatro años por un partido en el que todo el conjunto lució mal y que todavía no es determinante para calificar el semestre del equipo como un desastre.
Quienes piden que Gamero salga del cargo no tienen idea tampoco de quién sería la persona ideal para asumir y, seguramente, están esperando que sea Guardiola o Ancelotti el que llegue. Acá lo más importante es que los directivos tienen claro el norte y siguen confiando en que el actual estratega se va a sobreponer al bache.
Millonarios sigue vivo y con qué pelear
Ya se mencionó que la dolorosa derrota contra Palestino no es determinante. En el mismo torneo continental, aunque dependiendo de un milagro, Millonarios sigue con opciones de avanzar a octavos de final. De cualquier manera, los aficionados tenían claro que no pasar de fase y tener que disputar el tercer puesto para acceder a la Copa Sudamericana era una opción más que aterrizada. Esa posibilidad la va a tener con los dos juegos en casa que le faltan ante Bolívar y el cuadro chileno. La visita a Flamengo ya es un asunto de otro calibre.
Pasando al plano local, el Embajador jugará la última jornada de la primera fase de la Liga ante Boyacá Chicó en El Campín de Bogotá. Un empate le será suficiente para clasificar a los cuadrangulares y ahí todo iniciará casi de ceros para que el equipo busque la hazaña del campeonato. El semestre no está perdido.
El gran reto de Gamero
Cuando se habla de que un equipo avance de fase en un certamen o levante un trofeo, en definitiva se está hablando de objetivos grupales que abarcan desde los jugadores hasta los directivos. Las metas en las competencias hoy no pueden ser únicamente de Alberto Gamero y su reto real está en otro enfoque.
Lo que más desconcertó del entrenador en la derrota ante Palestino fue la falta de reacción. Primero, ante la lesión en el calentamiento de Mackalister Silva y luego con la salida forzosa de Daniel Cataño por cuenta de un golpe de un adversario. El equipo se vio descuadernado y abajo en el marcador prontamente, pero llegó a empatarlo.
Después, estaba claro que Sánder Navarro no estaba dando garantías en el sector defensivo derecho y que la alternativa de Ricardo Rosales se quedó guardada en el banquillo. Nadie entendió tampoco a qué entró Danovis Banguero, que recién retoma ritmo después de tres meses de inactividad por lesión. El plan, que ya iba en picada, se mantuvo hasta 15 minutos del final, cuando por fin vinieron cambios ofensivos con los ingresos de Santiago Giordana y Beckham Castro. Sí, está claro que Gamero se equivocó en un partido. Fin del drama.
No obstante, la medición del trabajo del director técnico se hará en cómo recompone para lo que viene y su reacción recursiva. Ya lo demostró en el 2023-I, cuando sacó por arte de magia un lateral izquierdo en la figura de Jorge Arias, quien nunca había jugado en ese rol. También lo hizo para ganar la Superliga ante Junior mientras no era favorito e imponiendo su estilo. O cómo se las ingenió para ganar cinco partidos seguidos en Liga y salvar una eliminación anticipada que muchas personas ya daban como un hecho. Gamero tiene con qué levantarse y recuperar la confianza.