Una victoria para no perder la cabeza

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Es cierto que no hay que sacar el carro de bomberos. Tampoco salir a las calles a celebrar. Pero la exhibición de Junior en Río de Janeiro sí permite -al menos- ilusionarse con avanzar a los octavos de la Copa Libertadores de América. Fueron 45 minutos de una sinfonía y 45 de alma y corazón. Una combinación que terminó diluyendo al Botafogo, que hasta su afición se hizo sentir en el tramo final. Recordar es vivir, pero en el fútbol lo que pesa es el presente.

Y si hablamos de presente el Botafogo ya es historia. Por ello, estos tres puntos en suelo brasileño tienen que dejarse atrás lo más rápido posible y enfocarse en el próximo reto que es el América de Cali. Y manteniendo un ojo en el Universitario de Perú, que el martes 9 de abril visitará -seguramente- un Metropolitano que se hará sentir a todo pulmón. De ganar el ‘Tiburón’, el primer objetivo estará más cerca que nunca.

Pero volviendo a este miércoles, Junior nunca se arrodilló al rival de turno. Por lo contrario, en momentos del partido se hizo protagonista con el balón a sus pies. Manteniendo la mesura pero, sobre todo, la madurez en este tipo de eventos. Por supuesto que nadie es campeón en abril, pero mostrar firmeza en suelo brasileño, territorio que es una ‘pesadilla’ para Colombia, al menos tranquiliza el alma.

Superado este obstáculo no hay duda que la vara queda alta. Y lo más importante es que la plantilla tenga los pies sobre la tierra. Sí, han sido tres puntos que permiten ilusionarse con hacer una buena campaña, pero tampoco es una victoria para perder la cabeza.

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