La FIFA anunciará a finales del año el calendario completo de partidos del Mundial del 2026. Ya se conocen las sedes, pero no cuántos partidos ni en qué instancias, además de la gran incógnita: la final.
Con la participación del SoFi Stadium en limbo, al negarse a modificar las dimensiones del estadio si no recibían el último juego de la Copa del Mundo, quedan dos opciones: el MetLife Stadium de Nueva Jersey, donde juegan los Giants y Jets de la NFL, y el AT&T Stadium de Arlingon, la casa de los Dallas Cowboys, y el factor diferencial sería la superficie.
El organismo rector del fútbol mundial está haciendo sus últimas inspecciones a las sedes y lo que parece que daría la final al MetLife es el pasto.
Ambos estadios tienen césped sintético y tendrían que cambiar, pero en Nueva Jersey tienen la ventaja de que es un recinto al aire libre, en el que se puede implementar de manera más convencional la nueva cancha. Arlington, pese a ser un estadio con más años, tiene más toques modernos, pero es de techo retráctil y la FIFA está preocupada por si el pasto natural resistiría todo el trajín de mes y medio de Copa del Mundo.
“La preocupación ahora, en concreto con el AT&T Stadium, es si el nuevo césped va a resistir todo el torneo, toda la actividad que tendrá en el torneo. Puedes gastar todo el dinero del mundo, pero estás construyendo algo nuevo para ese momento, no es algo que actualmente exista. Hay preocupaciones si esos campos nuevos van a resistir”, dijo el periodista Eric Fisher podcast Front Office Sports Today.
“Lugares como el AT&T Stadium han recibido partidos de fútbol internacional en el pasado, eventos con pasto natural, pero son rollos de pasto que se unen de manera burda y observas pedazos de pasto sobre concreto, en una mezcla imperfecta. Hay que superar esa historia anterior. Todos los involucrados reconocen que, como es el Mundial más grande de la historia, hay grandes expectativas comerciales por ser en Norteamérica y el campo tiene que ser del más alto nivel. Hay dudas de si se puede conseguir”, agregó.
Partidos de México y otras selecciones se han disputado en la casa de los Dallas Cowboys, con criticas de los jugadores por la superficie de juego, que se levanta y no tiene suficiente agarre al ponerla con poco tiempo de anticipación.
En el Mundial de 1994, la final fue en el Rose Bowl de Pasadena, California, ante más de 94,000 aficionados, pero esos estadios de fútbol americano colegial, si bien poseen mayor capacidad, no tienen las amenidades de los nuevos recintos, por lo que solo se consideraron estadios NFL en Estados Unidos para recibir el Mundial.