Un golazo de Zaccagni al 98′ le arranca el corazón a Croacia en lo que pudo ser el último partido internacional de Luka Modric

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Croacia está prácticamente eliminada de la Eurocopa y puede que hayamos visto el último partido de Luka Modric con su selección. El final fue de lo más cruel: salir de lo más profundo del abismo, ver la luz y estar a instantes de avanzar, pero un golazo de Zaccagni al 98‘, su primero con Italia, decretó el empate 1-1 en Leipzig que mete a la azzurra a octavos y deja a los croatas a la espera de un milagro.

Seamos honestos: el partido era de 0-0, porque Croacia iba ganando sin generar realmente y a Italia le cuesta una vida marcar. El empate quizá era justo, pero la forma lo hace cruel en extremo para los croatas.

Italia se presentó en Leipzig controlando su destino, cortesía del triunfo en la primera jornada a Albania. Cualquier punto les valía para meterse a octavos, por lo que se plantó atrás, ordenado, el catenaccio de toda la vida. Croacia, que sí necesitaba ganar, tenía el balón, pero la única jugada de peligro en los primeros 45 minutos fue la primera, un disparo a distancia de Sucic, que hizo volar a Donnarumma. Dato nerd: 0.04 goles esperados generaron Modric y compañía en el primer medio; léase, no generaron nada.

Italia se fue asentando, generando peligro con las incorporaciones por derecha que orquestó Di Lorenzo. Hubo par de centros que Retegui no remató bien y uno que Bastoni cabeceó a bocajarro, pero Livakovic atajó de manera milagrosa.

A Croacia le quedaban 45 minutos de vida y desde que volvieron del vestidor, comenzaron a inclinar la cancha. La fortuna les sonrió cuando un centro de Kramaric se encontró con la mano de Frattesi, quien estaba en medio giro para cubrirse. Al VAR y penalti, realmente claro porque la mano nada tiene que hacer a un palmo de la oreja.

El problema fue que Modric desaprovechó, al cobrar por bajo: es muy difícil superar a Donnarumma desde los 11 metros.

Parecía el golpe de KO para Croacia. Parecía ser un final tremendamente cruel a la carrera de Luka Modric (si decide no intentar llegar al Mundial del 2026), pero la jugada siguió y en otro balón al área, con Italia desordenada en la euforia de atajar el penalti, quedó solo a Budomir para rematar de cabeza, Donnarumma hizo quizá su mejor atajada de la Euro, pero el balón le quedó a Modric y Lukita se redimió. La locura croata.

Italia cambió el chip de inmediato y se fue en busca del empate para conseguir su boleto por méritos propios, pero su definición en el último tercio deja mucho que desear. Parecían condenados a esperar 48 horas para tener el boleto a octavos, pero en la última jugada del partido, llegó el golazo de parte interna de Zaccagni que les cita con Suiza en octavos, dejando a Croacia prácticamente eliminada, necesitando un milagro en el Grupo C y F para seguir con vida.

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