La manada de la Roma se duerme en los laureles y le cede un empate al Athletic Club

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Uno de los partidos más atractivos de la primera jornada en la fase de liga de la UEFA Europa League puso a la Roma contra el Athlétic Club. Dos equipos con nóminas llamadas a aspirar a Champions, pero que se quedaron relegadas durante la temporada anterior se midieron en el Estadio Olímpico de la capital italiana.

La dinámica del encuentro estuvo bien marcada desde el arranque. El argentino Paulo Dybala se destacó como el más activo gestor de juego en procura de alguna chance de gol para los locales. La Loba logró meter por completo a la visita en su área y no darle respiro.

El marcador se abrió a través de una jugada bien construida desde el fondo y la descarga por el sector izquierdo. Angeliño puso un centro preciso y Artem Dovbyk llegó muy cómodo para meter el cabezazo fulminante que hizo bajar la emoción de la grada al minuto 32.

Artem Dovbyk define para el gol de la Roma. - Reuters.
Artem Dovbyk define para el gol de la Roma. – Reuters.

Con la mala versión que se estaba viendo del Athletic Club, estaba claro que iba a necesitar cambiar cosas para tener alguna oportunidad en el complemento. Sin embargo, Ernesto Valverde no ordenó sustituciones de cara al segundo tiempo y quedaba ver si la charla técnica le daba resultado. Por su parte, Ivan Juric envió a Matías Soulé para remplazar a Dybala.

El recién ingresado tuvo una clarísima oportunidad para ampliar la ventaja en la que remató a quemarropa y puso a prueba los reflejos de Julen Agirrezabala. Aunque es cierto que el conjunto español estaba haciendo un esfuerzo por retener más la pelota, no se acercaba con peligro y parecía sufrir en los retrocesos.

A falta de poco más de media hora, entraron en juego Nico Williams y Ander Herrera para intentar algo mejor en la propuesta ofensiva del cuadro bilbaíno; salieron Iñaki Williams y Beñat Prados. Por más que la visita intentó generar juego, no pasaba al último cuarto de cancha con oportunidades destacables.

La Roma controlaba el juego sin mayores esfuerzos y tampoco se desesperó por conseguir más goles. Pecó por confianza y le iba a costar caro. En un tiro libre, vino un doble cabezazo de Unai Núñez y Aitor Paredes que desconcertó a toda la zaga y le dio el empate al equipo vasco al 85′. Los merecimientos no valen en el fútbol.

La molestia en las tribunas del Estadio Olímpico de Roma fue evidente por una situación que se ha vuelto repetitiva en los últimos años. La Loba deberá visitar al Elfsborg en la siguiente jornada, mientras que el Athletic Club recibirá al AZ Alkmaar en el Nuevo San Mamés.

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