La polémica se hizo presente en la final de la Europa League cuando el delantero argentino Paulo Dybala abrió el marcador al minuto 34’ a favor de la Roma, ya que los jugadores del Sevilla pedían que se marcara un falta al momento de robarle el balón a Ivan Rakitic.
La acción que reclamaban los jugadores sevillistas se da cuando el mediocampista Bryan Cristante le roba la esférica a Rakitic en el mediocampos, cuando intentaba montar un contragolpe, en lo que parece que el jugador bloquea al croata e incluso lo jala, por lo que Ivan alza lo brazos y reclama al silbante Anthony Taylor, quien deja seguir la jugada; Gianluca Mancini aprovecha y al ver el movimiento de desmarque de Dybala, mete pase filtrado que el argentino deja entrar y de zurda saca potente disparo cruzado que deja sin oportunidad a Yassine Bounou.
Mientras Dybala celebraba y desataba la locura de los seguidores romanos, los jugadores sevillistas reclamaban airadamente y pedían que la acción se revisara en el VAR, sin suerte.