FIFA y UEFA lanzan una dura advertencia a España que podría poner en peligro el Mundial 2030
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La Real Federación Española de Fútbol lleva meses en la incertidumbre. La institución se ha acostumbrado a la inestabilidad, con un presidente inhabilitado y unas elecciones que saltan de unas fechas a otras entre impugnaciones y politiquería. La mala imagen que todo esto arroja no es invisible en el extranjero, menos aún si se tiene en cuenta que España tiene asignado el Mundial de 2030. La UEFA y la FIFA no solo están vigilantes, también están preocupadas, y exigen soluciones drásticas.
“No podemos seguir así”, explican fuentes de esas organizaciones, mostrando un hartazgo evidente ante la incapacidad de la RFEF de reformarse por sí misma tras el paso de Luis Rubiales por la presidencia. No es solo un mensaje al aire, enviados de FIFA y de UEFA se reunirán este miércoles en la sede del CSD en Madrid con miembros del Gobierno y de la RFEF para empujar hacia una solución que encamine a la Federación a unas nuevas elecciones.
La FIFA y la UEFA pedirán en esa reunión que se cumplan los plazos que establece la Orden Ministerial que desarrolla los protocolos electorales en las federaciones, es decir, que las elecciones no se demoren más y se lleven a cabo antes de que termine este año 2024.
La fecha límite es diciembre, y la petición añade un punto más que, aunque suene evidentes, en todo este embrollo a veces no se ve tan claro: que haya un presidente elegido democráticamente. Esto implica hacer el proceso más transparente posible, que pasa por elegir una nueva Asamblea y que sea esta la que designe posteriormente al principal mandatario.
Las organizaciones internacionales que rigen el fútbol mundial consideran que el Gobierno de España debería ser parte de la solución, y no un problema más para que todo salga adelante, como en ocasiones lo han percibido.
En las dos instituciones han sido siempre muy activas contra las injerencias gubernamentales en el deporte, y eso hace que siempre tengan muy en cuenta si las administraciones están ayudando a que los problemas se solucionen o no.
El proceso electoral de la RFEF ha vivido constantes cambios e impugnaciones. Se convocaron unas elecciones para elegir presidente sin renovar la Asamblea para el 7 de octubre, pero estas fueron impugnadas por Miguel Galán y el Tribunal Administrativo del Deporte le dio la razón y procedió a anularlas. Esto ha llevado a la institución a la total incertidumbre, sin saberse muy bien cuál es el proceder óptimo. A esto se le suma que Pedro Rocha, el último presidente, que buscaba una elección para asentarse en el cargo, también ha sido inhabilitado por el TAD.
Una posible intervención
El mayor miedo que puede a tener el aficionado español, que el Mundial de 2030 se vaya a otro lugar, no es real, es algo que no se contempla, aunque evidentemente en la FIFA preferirían que en la RFEF, como principal actor en la organización del evento, no hubiese las turbulencias de los últimos tiempos.
La indefinición administrativa y las guerras internas de la federación han hecho que el proceso para dar algunos pasos de la candidatura haya sido más farragoso y complicado de lo que hubiese sido con la Federación a pleno rendimiento, algo que en ocasiones no ha gustado a las federaciones de Portugal y Marruecos, que recorren este camino con la española.
El hecho de que una federación como la española, campeona del mundo y de Europa, una de las más grandes y poderosas del fútbol, viva este tiempo de zozobra preocupa a la FIFA, que siempre se guarda la carta de una intervención si ve que las cosas no se solventan y que el fútbol español es incapaz de encontrar un nuevo presidente.
En todo caso, la reunión de este miércoles debería ser un punto de inflexión definitivo para que se establezca un proceso claro y lo suficientemente rápido para resolver el problema de la presidencia antes de que termine el año.