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Hristo Stoichkov, la legendaria estrella del fútbol búlgaro que brilló en el FC Barcelona, ha dejado en claro su profundo descontento hacia su exentrenador, Louis van Gaal, con quien trabajó durante la temporada 1997-98. En entrevista con Relevo, Stoichkov expresó de manera contundente su rechazo a Van Gaal, haciendo hincapié en sus diferencias personales en lugar de su carrera profesional.
El exdelantero, conocido por su temperamento apasionado tanto dentro como fuera del campo, no dudó en expresar su opinión sobre el entrenador neerlandés: “¿Louis? Louis ¿quién? Ni siquiera quiero decir su nombre en voz alta. Cuando se trata de él, no se me ocurre nada”.
A pesar de su crítica hacia la personalidad de Van Gaal, Stoichkov reconoció sus habilidades como entrenador, elogiando sus métodos de entrenamiento y su enfoque en el juego en triángulo. Sin embargo, insistió en que su desagrado se basa en las cualidades personales del neerlandés.
“Es un gran profesional. Nadie lo negará. Los métodos de entrenamiento, el juego en triángulo y el entrenamiento fueron buenos, pero como persona no me agrada. Quizás yo también sea una mala persona, pero no quiero hablar de él. No conozco a nadie como él. Tampoco soy bueno en todo, pero intento mejorar esos aspectos. No quiero ser como él”, señaló Hristo.
Las declaraciones de Stoichkov son reveladoras en cuanto a la intensidad de sus sentimientos hacia Van Gaal. El exjugador incluso llega al extremo de rechazar la mera mención del nombre del entrenador neerlandés.
“Hablemos de otra persona, no de él. Él no es nadie en mi vida. Es falso. Un mentiroso con el que no quiero perder ni un minuto más. Él no lo vale”, expresó.
Halagos a Cruyff
En contraste con sus sentimientos hacia Van Gaal, Stoichkov tuvo palabras amables y llenas de admiración para Johan Cruyff, quien también fue su entrenador en el Barcelona. Evocando un momento emocional después de ganar el Balón de Oro en 1994, Stoichkov describió a Cruyff como un padre y un maestro.
“En el momento en que regresé de París después de recibir el Balón de Oro (1994), vi a Johan feliz, con lágrimas en los ojos. Esto me hizo darme cuenta realmente de lo que Johan Cruyff fue para mí: un padre y un maestro”, recordó.