La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) se encuentra en el ojo de la tormenta luego de que la Cámara del Estatuto del Jugador de la FIFA dictaminara que deberá pagar una multa millonaria al ex entrenador argentino Gustavo Alfaro. El conflicto entre ambas partes comenzó tras la salida de Alfaro como seleccionador después del Mundial de Qatar 2022.
El ex entrenador denunció ante la FIFA impagos por parte de la federación durante su periodo al frente del equipo nacional. Esta denuncia se basó en la falta de acuerdo entre Alfaro y la dirigencia para el cobro de la deuda correspondiente a su salario y premios. A pesar de haber logrado resultados notables, esta disputa legal tensó las relaciones entre el técnico argentino y la FEF.
El presidente de la FEF, Francisco Egas, alegó que la deuda ascendía a tan solo 290 mil dólares, correspondientes a salarios y premios para Alfaro y su cuerpo técnico. Sin embargo, la FIFA falló en favor de Alfaro y determinó que la cantidad adeudada es considerablemente mayor, alrededor de 2 millones de dólares. Sin embargo, el mandatario se mostró satisfecho con la resolución, ya que de acuerdo con Egas, el entrenador habría solicitado hasta 5 millones de dólares de indemnización.
La FEF se enfrenta a un plazo de 45 días para cumplir con la totalidad del pago ordenado por la FIFA. De no hacerlo, el organismo internacional podría retener el 20% del apoyo del programa FIFA Forward, destinado al crecimiento y desarrollo del fútbol en el país. Esta medida podría tener un impacto significativo en el desarrollo de infraestructuras deportivas, programas de formación de talento y otros proyectos destinados a impulsar el fútbol en Ecuador.
El peor final
Este desenlace representa un triste final para la exitosa etapa de Alfaro al frente de la selección ecuatoriana. Durante su tiempo como entrenador logró una buena participación en el Mundial de Qatar. Además, contribuyó al surgimiento de jóvenes talentos que hoy triunfan en el fútbol europeo. La salida del estratega argentino y el conflicto con la FEF empañan la memoria de lo que fue un período de logros y progresos para el fútbol ecuatoriano.