Deco, clave para la permanencia de Araújo con el Barcelona… ¿y Ansu Fati?

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El Barça, con la cautelar del CSD para Dani Olmo y Pau Víctor, ha jugado dos partidos. Le metió cinco al Madrid en Arabia para ganar la Supercopa y cinco más al Betis, en Montjuïc, para meterse en cuartos de final de la Copa del Rey. No tenemos conocimiento de que ninguno de sus dos rivales haya impugnado el partido correspondiente ni tampoco sabemos de otros clubes que lo hayan hecho. Desde el comunicado del Consejo Superior de Deportes, sólo la LaLiga se ha manifestado y lo ha hecho, con razón, defendiendo el control económico que ejerce la patronal sobre los clubes, asunto contra el que no recurrió el Barcelona.

Laporta no peleó contra eso sino contra los artículos federativos (130.2 y 141.5) que afectaban a la preinscripción de los jugadores. Al respecto, el CSD explicitó en su escrito que en el alegato del FCB Barcelona “se ha observado la posible concurrencia de una causa de nulidad de pleno derecho”. Es decir, estima la posibilidad cierta de que el Barcelona tenga razón en este asunto. En este de carácter federativo. Nada que ver con el control económico de la LaLiga a quien se refiere el CSD sin que el Barcelona le diera pie para ello.

Vamos a ver qué ocurre en lo sucesivo, con tres meses de cautelar por delante, pero desde la planta noble del Camp Nou se estima que en las alegaciones que pueden presentar LaLiga y la RFEF ante el CSD no se referirán a los famosos artículos. Es más, de los contactos mantenidos a tres bandas se deduce que se concluirá, para beneficio del Barcelona, con la reformulación de los citados apartados del reglamento y la inscripción de Dani Olmo y Pau Vítor acabará siendo definitiva sin necesidad de recurrir, en última instancia, al Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

El caso Araujo y las mejoras a Gavi, Fermín y Casadó

Por cierto, estos dos futbolistas no son los únicos del Barcelona que están jugando con una cautelar. Gavi lleva más de un año en esa situación y el Barça, ya con el 1:1 resuelto, tiene como prioridad absoluta inscribir a su joven futbolista de manera definitiva. Y no sólo eso, también renovarle de manera oficial porque, extraoficialmente, ya tiene un acuerdo privado que no podía concretarse por la falta de Fair Play, que lleva cuatro años martirizando al Barcelona. Deco, con meses trabajando con discreción en este y otros acuerdos, ha indicado al club que antes de firmar, porque ahora puede firmar e inscribir, hay que rematar las ampliaciones y mejoras de futbolistas indiscutibles para Flick. Hablamos, como acabamos de señalar, de Gavi, pero también de Fermín (otro que lo tiene todo acordado), Pedri (que tiene cinco años más pendientes de firma) y Casadó, una de las revelaciones de la temporada.

Solucionado eso cuando se solucione, y entendiendo que estamos a 18 de enero y hasta el 3 de febrero el mercado estará abierto, llegará el momento de hablar de entradas y salidas, siendo inevitable que alguien se vaya para que alguien venga. El Barça, cierto, ya tiene 1:1 pero necesita vender antes de comprar y estos días han estado en el escaparate Araujo, Eric y Ansu.

Respecto al uruguayo, el vestuario y una conversación con Deco en Arabia han hecho cambiar la tendencia de un desenlace que parecía ubicarle irremediablemente en la Juventus. Sus compañeros, como se vio en las imágenes de televisión nada más ganar la Supercopa, le insistieron sin discreción alguna para que se quedara en Barcelona y Deco, en Yeda, le hizo reflexionar explicándole cara a cara su propia experiencia cuando, siendo jugador del Oporto y tras ganar la Copa de la UEFA, presionó cuanto pudo para marcharse a la Premier. Pinto Da Costa, el presidente luso, no quiso ceder y, miren ustedes por dónde, Deco siguió al lado de Mourinho y en la temporada siguiente ganó la Copa de Europa. Una revalorización de tal calibre que llevó al entrenador al Chelsea y a Deco, al Barcelona.

Araujo, por lo visto, entendió el mensaje de cariño que le mandaron compañeros y club. Ahora bien, si se queda definitivamente o no ya es otro asunto. Los italianos puede que no se hayan rendido y los agentes de Araujo, uno de los jugadores con la ficha más discreta de la plantilla, saben que el negocio está en venderle, no en renovarle. Igual no se ha escrito el último capítulo. De hecho, habrá más. Lo primero, viendo cómo el Barcelona intenta renovarle… aunque sólo sea para poder acabar vendiéndole al mejor precio posible. Y ese precio de lujo sólo se obtendría si el uruguayo, que acaba en 2026, amplía su compromiso con el Barcelona.

Ansu Fati: entre la cesión y su salario

Más cosas, Ansu. Flick, en los tres últimos partidos disputados, le ha dejado fuera de la convocatoria. Fati necesita jugar pero aquí hay tres problemas. Uno, con el Barça no tiene minutos; dos, no quiere irse cedido; y tres, con el salario que tiene y sin jugar en el Barcelona es muy, muy difícil poder traspasarle porque los posibles compradores desconocen su actual nivel de juego. Su salvación es que está representado por Jorge Mendes, el agente con más y mejores contactos en el fútbol, pero el empresario portugués sabe una cosa importante: el Barça no quiere pagar parte de la ficha a ningún jugador cedido. Es decir, que si otro equipo quisiera llevarse temporalmente a Ansu Fati tendría que asumir la totalidad del sueldo.

Un bastón y una regla que, como todas, tiene su excepción. Si Flick, con Ansu o con cualquier otro miembro de su plantilla, viera que es más problemático para el grupo tenerle en le vestuario que darle salida, en ese caso y sólo en ese caso, Deco podría replantearse suavizar su postura, cosa que ahora no hace porque la situación de rechazo de Flick no se ha dado con Ansu ni con nadie. Al contrario, hay jugadores con propuestas para salir, como Eric García, que hace un par de semanas parecía la solución más lógica pero que hoy, con la lesión de Iñigo Martínez y el excelente trabajo diario de Eric, ha cambiado de sentido. El míster está encantado con él y el club le ve lo bastante buen jugador como para que quien quiera llevárselo pague más de esos 10 millones que, supuestamente, estarían dispuestos a abonar el Girona y la Real Sociedad. En todo caso, una vez más, esto es la postura a 18 de enero. Con tres semanas de mercado por delante, en el fútbol puede cambiar todo.

Llegamos, por último, al momento Rashford. Marcus quiere venir al Barcelona y el Barça, si tiene Fair Play con alguna salida, le acogería encantado pero sólo como cedido. Nunca traspasado. El delantero de 27 años, que debutó con Van Gaal en el United, tiene otras propuestas pero prioriza vestirse de blaugrana. Su versatilidad, cayendo a banda o jugando como delantero centro, encaja en el sistema de Flick. Iba a ser un prodigio pero se ha quedado en internacional con Inglaterra y el nuevo técnico del United, Amorim, no le da mucha bola, prácticamente nada. Apenas ha jugado unos minutos en los últimos siete partidos del United y los siete goles marcados, más tres asistencias, no parecen argumentos suficientes para consolidarle entre los elegidos del técnico portugués. Y por lo que afecta al Barcelona, cuya economía no está para gastos, debe considerarse seriamente que Marcus tiene un salario estimado de 350.000 euros semanales. Una pasta gansa que, si no decrece, difícilmente será justificable abonar a un futbolista que, de entrada, no sería titular sino más bien el jugador número 12. El primer suplente del tridente Yamal-Lewandowski-Raphinha que hasta el momento se ha demostrado inamovible.

El iPhone de Raphinha… que acabó siendo para todos

Tres tipos que tienen enorme rendimiento y excelente relación. Recuérdese, por ejemplo, que Raphinha, a quien I Design Gold le regaló un iPhone bañado en oro, le regaló otro a Lamine cuando Yamal obtuvo el Golden Boy. Un obsequio que el capitán terminó por hacer extensivo pidiéndole a la empresa que actuase del mismo modo con todos los compañeros del vestuario y, efectivamente, estando en Arabia y sin que el Barça tuviera que poner ni un euro, los de I Design Gold, antes de la final de la Supercopa, llevaron a Yeda móviles para la plantilla que, con su correspondiente y lujoso estuche, todos recogieron encantados. Y eran tal cual se les había prometido, bañados en oro, simulando la camiseta del Barcelona, con el nombre y el dorsal de cada beneficiario.

*Con información de Relevo

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