El análisis de James Rodríguez y el Rayo Vallecano: ¿cómo y por quién entraría el colombiano?

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La historia de James Rodríguez y el Rayo Vallecano ya ha comenzado, aunque todavía no haya sumado minutos. Este martes, el conjunto madrileño cayó en casa contra el Barcelona y el colombiano estuvo en la grada observando el partido. Seguramente, Íñigo Pérez, entrenador del cuadro capitalino, estará esperando con ansias que el jugador esté disponible. Ya otro asunto es la fórmula para acoplarlo como una ficha en su rompecabezas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es qué equipo salió a jugar frente al cuadro Culé, con un esquema muy similar al del empate contra el Getafe. En el arco estuvo Dani Cárdenas; la zaga estuvo compuesta por Balliu, Lejeune, Mumin y el Pacha Espino; en el medio jugaron Unai López y Óscar Valentín como centrocampistas de recuperación, con Isi Palazón como eje; mientras que el tridente de ataque se armó con De Frutos, Camello y Álvaro García.

En ese escenario, es sencillo intuir dónde y por quién entraría James Rodríguez. Se trata de un sistema bien parecido a lo que se suele ver en la Selección Colombia. Un primera opción, aunque poco probable, es que el colombiano sea el creativo en remplazo de Isi Palazón, situación que no se ve viable si se tiene en cuenta el buen pie, liderazgo y conocimiento que tiene en mencionado centrocampista. Lo que sí es altamente posible es que entre en el lugar de Jorge de Frutos, actuando como un extremo derecho a perfil cambiado con espacio de recorte al medio y remate de media distancia con su bien famosa zurda. Se vería algo así:

No obstante, la situación podría cambiar. El Rayo Vallecano inició esta temporada con una importante victoria en visita a la Real Sociedad y mostrando un gran orden propositivo. Ahí fue un esquema distinto, planteando un 4-4-1-1, en el que Embarba apareció como interior por izquierda, Isi se mantuvo como mediapunta y Randy Nteka fue el único centrodelantero. Si eso llegara a adoptarse como idea habitual de Íñigo Pérez, las opciones se acortan, pues James tendría que entrar a competir por la posición contra el otro creativo.

Una función que parece reservada para cuando James esté en el campo es la de la pelota quieta. Más allá de que Isi cuente con una muy buena pegada para remates de media distancia y centros, está claro que esa podría ser la mayor virtud del cucuteño en cualquier equipo. Ese debería ser uno de los elementos diferenciales que lo pongan en un lugar privilegiado para que el entrenador se plantee siempre tenerlo en su alineación.

Ahora, hay que tener claridad en algo: tener esa calidad no le garantizará nada. Como a todos los equipos a los que ha llegado desde hace más de un década, James aterriza con el rótulo de figura, pero tendrá que acompañar su juego con compromiso, esfuerzo en los entrenamiento y buen comportamiento. Ha llegado de nuevo a una liga de élite, donde nadie es propietario de su lugar y puesto se gana todos los días.

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