El nuevo acercamiento del Barcelona para salvar la inscripción de Dani Olmo; apelan al reglamento de la RFEF
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Lo que todos temían ya está aquí y ahora toca torearlo. La enésima pirueta financiera del Barcelona no ha salido bien y, en esta ocasión, tras lo vivido con el fracaso de la venta de Barça Studios, a Laporta no le queda credibilidad como para que le pasen ni media. Dani Olmo y Pau Víctor no están inscritos en LaLiga, el Barcelona no fue capaz de cumplir los requisitos para oficializarlos y, según la normativa, ninguno de los dos podrá jugar esta temporada con los azulgrana. El internacional español, además, cuenta en su contrato con una cláusula liberatoria que le convierte en un jugador libre.
Es decir: si Olmo quiere (que parece que por ahora no), puede generarle otro agujero negro al club azulgrana tremendo: pagar el traspaso al Leipzig, abonarle su salario completo y convertirse en agente libre para fichar por quien quiera, optando además a llevarse una jugosa prima de fichaje. Opciones no le van a faltar, ya que hay varios esperando pacientemente para pescar en río revuelto.
Evidentemente, en Barcelona no se resignan a esta situación y todavía guardan alguna esperanza de poder revertirla con una cabriola de última hora. Cuando la bomba estalló, el club anunció en su página web que recurrirán a la Real Federación Española de Fútbol una nueva licencia para ambos futbolistas.
La RFEF, en corto, les responde que no. Son los responsables de legislar todo lo relacionado con el fútbol, y eso incluye la normativa que regula el registro de jugadores y también la propia burocracia que conlleva eso. Siempre, eso sí, dentro de los parámetros que tiene LaLiga en sus estatutos; es decir, la patronal establece y vigila los límites salariales, da vía libre a las inscripciones pero es finalmente la Federación la que formalmente hace el trámite. Laporta ya ha intentado ir contra LaLiga al juzgado para que un juez admita cautelarmente la inscripción de sus jugadores. Le ha salido fatal. Ahora parece que la única salida es intentarlo contra la Federación.
Un poquito de razón sí tiene el Barcelona
El artículo en discordia, el 141 del Reglamento General de la RFEF es el que establece que un jugador no puede ser inscrito en una misma temporada dos veces por el mismo club. Lo más probable es que el Barcelona, en su intento de salvar la situación, trate de hacerse fuerte en el único punto de todo este despropósito en el que tiene razón: que este artículo no se les debe aplicar a ellos. ¿Por qué tienen un punto de esperanza aquí? Pues porque la finalidad de esa norma es para evitar otros tipos de situaciones en las que un jugador se inscribe dos veces con distintos clubes, o “reforzar” con jugadores del filial al primer equipo y luego volver a bajarlos… pero en el caso de Dani Olmo y Pau Víctor, ninguna de estas circunstancias aplica. Están en el mismo club y no van a moverse de esa plantilla. Y dentro del caos que es la vida financiera del Barcelona, es cierto que esta norma les perjudica innecesariamente de forma dramática.
¿Tienen opciones? No muchas. Al menos no “por las buenas” y quizá sí más por la vía judicial. Ya lo adelantó ayer el exdirectivo culé Toni Freixa: “Pues ya podemos acudir al juzgado para pedir una medida cautelar. El artículo 141,5 del reglamento de la RFEF no es aplicable al supuesto de Dani Olmo y Pau Víctor, sino al jugador cuya licencia se haya cancelado por haber finalizado su vínculo contractual“. Y a eso es a lo que podrán agarrarse… y echarse a rezar.
Pues ya podemos acudir al Juzgado para pedir una medida cautelar “inaudita parte”. El artículo 141.5 del Reglamento General Rfef NO es aplicable al supuesto de Dani Olmo y Pau Víctor, sinó al jugador cuya licencia se haya cancelado POR HABER FINALIZADO SU VÍNCULO CONTRACTUAL.… https://t.co/KfoJEC8Nu8
— Toni Freixa (@tonifreixa) January 1, 2025
El Barcelona apeló directamente a la RFEF y eso significa que su presidente, Rafael Louzán, se ha visto ante una de las primeras patatas calientes que tendrá en el cargo. El gallego ha empezado su mandato con un viaje a Catar para congraciarse con el Real Madrid y una serie de despidos en el seno de la organización, pero las decisiones que tome la Federación con respecto al ‘caso Olmo’ serán, sin duda, mucho más mediáticas y relevantes. Su adhesión a LaLiga hace altamente improbable cualquier tipo de enfrentamiento (como hubiera podido ocurrir con otro presidente).
LaLiga, después de temporadas de paciencia extrema con traspasos en el último minuto, avales personales, operaciones como la repalanca fake etc… se ha negado a inscribir a Olmo al no haber recibido garantías de que han podido aumentar su límite de plantilla, después de un vodevil en las últimas horas. El Barcelona apela a la RFEF y pide clemencia. No pueden dársela, pero sí les abre una opción a volver al juzgado y conseguir algún tipo de milagro allí. Es un movimiento a la desesperada, un último recurso… que puede terminar sacándoles del apuro a ellos y, de paso, salvando la cara de LaLiga, que no tendría otro remedio que aceptar una medida cautelar de un juez, pero que habría mantenido la integridad total de su escrupuloso control económico. Aunque, en el fondo, todos sean conscientes de que un batacazo económico y reputacional del Barcelona perjudicaría mucho a toda la competición.
El Barcelona, es verdad, lleva años yendo con el gancho, generando excepciones contables para lograr llegar al límite con suficiente para poder inscribir a toda su plantilla. Otros muchos clubes están hartos de estas maniobras y vigilan con lupa lo que está pasando en las últimas horas. Si hubieran conseguido la cautelar “en plan bien” (tal y como la definió Laporta) que pidieron el 27 de diciembre, más de uno hubiera respirado aliviado. Pero no se la han dado. Y ahora el problema es para todos… aunque obviamente para el Barcelona más.
Esos años haciendo el acordeón para inscribir no han gustado a nadie. Pocos entendían esos artificios contables, como el Athletic Club, que en casos como el de Nico Williams sospechaban por el abismo entre la capacidad real económica del Barça y su posición en el mercado. En todo caso, los azulgrana aportan contratos como los de la venta de Barça Studios, con sus cifras auditadas, y ante eso LaLiga no tenía más opción que mirar en detalle y, llegado el caso, aceptarlas si contaban con el visto bueno del auditor. “Si no estamos en la regla del 1 a 1 es porque no hemos querido”, dijo Laporta. No era cierto: y han esperado hasta el final del año para solucionar el acuerdo de Nike, aunque han tenido cuatro meses para hacerlo.
Es evidente que para la imagen del Barcelona es un mazazo terrible que de repente una de sus estrellas no pueda jugar, pero también lo es de algún modo para el campeonato. Es un jugador importante, en un club clave para entender el fútbol español, y los malos días para el Barcelona lo son también para la imagen internacional de LaLiga. Ninguno de los jueces ordinarios por los que ha ido el expediente han considerado que el Barça tuviese razón. El último, de hecho, fue enfáticamente duro en su juicio, dejando en claro en sus resoluciones que la Directiva no había actuado de manera apropiada y que estaban pidiendo una excepción que sería lesiva para el resto de los clubes. Evidenciando, además, un empeoramiento de la deuda.
No está de más recordarlo, el Barcelona es el caso más mediático, pero en realidad son muchos otros los que han tenido importantes problemas en cada mercado para cuadrar el círculo de la inscripción. Y con ellos nunca hubo clemencia. La RFEF (que tiene como vicepresidente, entre otros, al presidente de LaLiga, Javier Tebas) tendrá que capear este temporal con la misma pulcritud. Una vez agotada la vía judicial contra LaLiga, donde no han conseguido nada, parece que intentar lo mismo contra la citada norma de la RFEF es su única tabla de salvación.
Otros estarán atentos: el Atlético y el Real Madrid compiten contra el Barcelona por el título y una excepción como la de Dani Olmo les pondría las cosas más difíciles. Clubes como el Sevilla o el Villarreal también han dejado ver cierto descontento ante algunos movimientos en el mercado de Laporta. Un cambio de rumbo con Olmo por parte de la RFEF parece impensable, con tantos clubes pendientes de “la jugada”, así que un mandato judicial se presenta, ahora mismo, como la única vía que salva la cara todos.
Este es el punto kilométrico de la burocracia de este entuerto, pero queda un personaje más por analizar que es, sin duda, el principal responsable de toda esta historia: Joan Laporta. Llegó al Barcelona, es verdad, en una situación económica poco recomendable, pero sus movimientos en estos años desde que llegó al cargo no han hecho más que complicarlo todo más. Mucho show en el mercado para copar titulares, mucha venta de activos para tapar agujeros, siempre una patada hacia adelante y, finalmente, el astracán final en el asunto de Dani Olmo.
Riesgo de denuncia por administración desleal contra Laporta
Todo lo que hasta el momento ha sido una comedia de enredo se ha convertido en un drama que, no esperado, es menos brutal. Y Joan Laporta es el presidente elegido por los socios, que pueden sin duda plantear acciones en su contra. Quizá, no sería la primera vez, una moción de censura para quitarle del cargo por administración desleal. Incluso, llegado el caso, una visita a los juzgados si cualquier socio entiende que este ha podido ser el caso en cualquier de las piruetas financieras de los últimos años. Que tampoco sería la primera, en el pasado ya fue absuelto por una acción de responsabilidad en la que se le reclamaban a él y a otros directivos más de 47 millones de euros por pérdidas contables. La RFEF puede, habrá que verlo, llegar a salvarle esta inscripción, pero las grietas de la gestión del presidente no se van a marchar ni siquiera si se salva.
No tiene muchas vías más para solucionar este entuerto Joan Laporta. Hasta ahora, incluso hace pocos días, siempre flotaba en el ambiente el típico “¡¿cómo no lo van a solucionar… seguro que lo inscriben?!”. Ya han visto que no. Ir contra la RFEF para conseguir una inscripción cautelar de sus jugadores parece su última opción… y si viene en forma de decisión judicial externa quizá termine suponiendo un alivio también para LaLiga y la RFEF, además de para el propio Barcelona.